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VISTO / OÍDO
Columna
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El amago

Creo que fue ETA quien inventó esto que llaman "terrorismo de baja intensidad": el petardo incruento para dar señales de vida. Es lo que acaban de hacer los islamistas británicos. Una "propaganda por el hecho", o por "la acción" (fines del XIX): un lenguaje. Estas acciones incruentas -sin olvidar que en cualquier momento pueden causar verdaderas catástrofes humanas, incluso más allá de la voluntad del actor- están diciendo, frente a la propaganda de Estado de "desmantelamientos", de "eliminados", que la acción con sangre la pueden hacer cuando quieran. La segunda acción en Londres es de un atrevimiento singular, con el país en estado de alarma y los musulmanes estrechamente vigilados, y el mundo occidental cooperando con la policía británica: su lenguaje al explotar cuatro detonadores en tres vagones de metro y un autobús dice que si las inadvertidas mochilas hubieran contenido una gran carga explosiva se hubieran reproducido al menos los cincuenta muertos de la semana anterior. Puede que Blair consiga poner en marcha sus leyes antiterroristas, pero no puede evitar una explosión real, o una docena. Está indefenso. En Irak no hay manera de detener las guerrillas, las facciones, los suicidas, ni con el Ejército americano. Y es un país en guerra civil y en guerra internacional, como España, durante la ocupación francesa.

Es fácil comentar el fracaso de Scotland Yard y el del MI5; realmente es una derrota. Pero sería más regular, más lógico (si pudiéramos volver a la lógica) hablar de una situación de indefensión frente a esta manera de la guerra. Con respecto a ETA, se conoce el lenguaje: la campaña de petardos se hace al mismo tiempo que los sucesivos anuncios -Otegi y demás- de su deseo de "negociar". Más grave aún después de que Zapatero explicase con palabras escogidas con pinzas su posibilidad de aceptar esa negociación; tras de lo cual no se ha vuelto a saber más. No se sabe dónde va esa fuerza en el Reino Unido. Quizá pretendan separar a Blair de Bush y hacerle retirarse de Irak. Leo al islamista Ghanuchi explicar en Londres que en el islam ha entrado "el pensamiento occidental" y que su guerra santa imita a Estados Unidos, que en sus primeros bombardeos mató 100.000 iraquíes. Su violencia sería también una respuesta contra los gobiernos árabes que explotan sus recursos naturales y a sus pueblos (El Mundo, ayer).

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