Polanski ganó su pleito contra 'Vanity Fair'
El realizador polaco Roman Polanski obtuvo ayer 50.000 libras (cerca de 75.000 euros) por daños y perjuicios al ganar la demanda por libelo presentada en Londres contra la editorial de la revista estadounidense Vanity Fair, que le acusó de infidelidad a la memoria a su asesinada esposa, Sharon Tate, de la que esperaba un hijo. Polanski, de 71 años, que testificó por videoconferencia desde París, negó la información de la revista según la cual hizo en Nueva York una proposición sexual a una joven escandinava cuando se dirigía al funeral en California de su esposa, asesinada por una secta satánica, dirigida por Charles Manson, en 1969. Un jurado de nueve hombres y tres mujeres hizo público su veredicto unánime a favor del cineasta tras cuatro horas y media de deliberaciones en un alto tribunal de la capital británica. Polanski no asistió personalmente al juicio, sino que declaró por videoconferencia por temor a verse extraditado a Estados Unidos, país que abandonó precipitadamente en 1977 mientras aguardaba sentencia en un proceso por relaciones sexuales con una muchacha de 13 años.
En el proceso londinense testificaron, entre otros, a favor de Polanski la actriz estadounidense Mia Farrow, protagonista de su filme La semilla del diablo, y la hermana de la actriz asesinada, Debra Tate. Uno de los testigos, Lewis Lapham, periodista estadounidense ex director de la revista Harper, calificó durante el juicio de "vulgar" el modo en que el cineasta se insinuó supuestamente a la mujer escandinava. Tanto Lapham como el entonces novio de aquélla, Edward Perlberg, coincidieron en su versión de que Polanski entró en el restaurante neoyorquino Elaine's, agarró una silla de otra mesa y se sentó junto a la joven, que había trabajado como modelo. Según la versión de Lapham, el cineasta le dijo a la joven mientras le metía la mano por entre los muslos: "Puedo hacer de ti otra Sharon Tate". Apoyado por Mia Farrow, Polanski negó que se hubiese producido ese incidente y que hubiese explotado el nombre de su esposa "como instrumento de seducción". Sus abogados argumentaron que el artículo era difamatorio.
Los representantes de Conde Nast, editora de la revista, presentaron a Polanski como un individuo sin moral y con la reputación por los suelos e insistieron en la veracidad del incidente, aunque reconocieron que no ocurrió en el momento en que Polanski se dirigía al funeral de Sharon Tate, sino dos semanas más tarde. Al juicio asistió su actual esposa, la actriz Emmanuelle Seigner.-
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