Van Bommel, en un convento

Los futbolistas holandeses que han jugado y juegan en el Barcelona siempre han mostrado una notable facilidad a la hora de aprender la lengua española. Lo sorprendente es que Mark van Bommel, recién fichado por el Barça, haya seguido el paso de sus compatriotas eligiendo un convento de monjas españolas en la pequeña localidad de Vught, una ciudad cercana a Eindhoven y con un pasado trágico. Allí existió un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial, en el que 746 hombres y mujeres encontraron la muerte entre enero de 1943 y septiembre de 1944.

Desde el regreso al trabajo del Barça el pasado lunes, Van Bommel ha sido el jugador más observado por los medios de comunicación desplazados a la estadía de Aarhus, en Dinamarca. Por el momento, el jugador ha dado instrucciones al gabinete de prensa del club para retrasar algunos días su comparecencia ante los periodistas: tiene la intención de ofrecerla completamente en español. Habrá que esperar, pero ayer Van Bommel ya dio una muestra de sus progresos idiomáticos. "Sí, es cierto que me encerré en un monasterio de monjas españolas durante una semana para comenzar a conocer el idioma", afirmó, con lentitud pero con una buena pronunciación, tras el entrenamiento matutino. ¿Por qué eligió un convento?, se le preguntó. "¿Por qué no?", respondió. "Fueron cinco días, de lunes a viernes, y el monasterio con monjas españolas era el lugar ideal para centrarse en las primeras palabras españolas". Van Bommel, como la mayoría de holandeses, habla también inglés y alemán, lengua que aprendió porque vivió muy cerca de la frontera alemana.

El holandés conoce ya algunos platos catalanes y españoles, como "el pan con tomate y jamón, la paella y la butifarra" e insiste en que se le dirijan en español.