"Se hace mejor televisión que cine"

Miguel Rellán (Tetuán, Marruecos, 1943) encabeza el reparto de Cuentos del burdel, que ayer se presentó en el teatro Barakaldo, una comedia sobre un escritor al que el mercado no le deja cambiar de estilo.

Pregunta. Dice que Cuentos del burdel provoca la risa, pero tiene cierta profundidad y varias lecturas.

Respuesta. Sí, es lógico y lícito que un espectador se quede solamente con la historia en sí, con el argumento, pero también se está hablando de la creación, literaria en este caso, de la soledad, de unos personajes que intentan ser buenos pero son unos egoístas químicamente puros.

P. ¿Hay que acabar con el estereotipo que relaciona comedia y ligereza?

R. Hombre, estaremos de acuerdo en que hay muchas comedias que son simples. Hay un humor muy simple y gente que se sigue riendo con los chistes de caca, culo, pis más elementales. Me parece que el humor sigue siendo el vehículo más corto para decir las verdades del barquero. Otra cosa es que tenga mala prensa. Siempre, si echamos la lágrima y hablamos de tragedias, oh, es más importante.

P. ¿Alguna vez se ha sentido como su personaje, ha querido cambiar de registro y no le han dejado?

R. Continuamente. Ser actor es como ser puta, te eligen. Aquí no elige nadie, en todo caso escoges entre dos cosas. Y los actores, generalmente, nos solemos quejar de la falta de imaginación de los directores, que no se la juegan: te ven de cura y estás haciendo de cura toda tu puñetera vida. Y lo que nos gusta es hacer de cura un día y al otro, de drag queen.

P. En ese sentido, ¿se siente realizado como actor?

R. He tenido suerte porque empecé en el teatro, donde es difícil que te encasillen. Además, a los directores les he engañado y creen que sirvo para un roto y para un descosido, y he hecho desde el tonto de baba medio esquizofrénico, hasta ministros.

P. ¿Le dan miedo los directores de cine que se ponen a dirigir teatro?

R. Noto que se meten con una alegría enorme. Y no, es mucho más complicado de lo que parece, tiene mucha teoría que no se la puede uno saltar. Y el teatro es mucho más interpretación y verdad que el cine. El cine tiene un prestigio respecto a la televisión que nunca he entendido. Hay cine bueno y cine horroroso, que suele ser la mayoría. Y hay televisión estupenda y televisión horrorosa. Generalmente, en el mundo civilizado, que siempre tiene como referente Estados Unidos, se está haciendo mejor televisión que cine. La televisión se parece mucho más al teatro, sobre todo las series buenas. En Compañeros, Policías o Periodistas, hacemos pequeñas funciones de teatro.