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Robert Cray repasa en 'Twenty' "los valores universales del 'blues"

El cantante y guitarrista estadounidense visita seis ciudades españolas

Robert Cray lleva tres décadas subido a los escenarios, acaba de celebrar su concierto número 1.000 con The Robert Cray Band y trae un nuevo álbum, Twenty, que, pese al título, es el número 14 en su discografía. El cantante y guitarrista de Columbus (Georgia), que en agosto cumplirá 52 años, asegura que el blues "sigue ganando adeptos porque aborda valores universales como el amor, el romance, el dolor o la pérdida".

Twenty es su entrega más completa, vibrante y adictiva desde el ya mítico Strong persuader (1986), que le proporcionó varios premios Grammy y el reconocimiento en medio mundo gracias a canciones como Smoking gun o Right next door. El músico ha decidido pisar el acelerador en el continente europeo, con una gira exhaustiva que incluye seis escalas españolas: el festival de jazz de Vitoria (hoy), Madrid (día 19), Barcelona (20), San Javier (22), Pontevedra (24) y, un día antes, el Cazorla Blues Festival, una magnífica cita jiennense que, en su undécima edición, también incluye a Mavis Staples, Jerry Portnoy, Magic Slim & The Teardrops o The Commitments, entre otros nombres.

"He aceptado que los tiempos de éxito masivo difícilmente volverán", relata Cray desde Montreux, en conversación telefónica. "Me entristece por la cantidad de música interesante a la que los medios ya no dan ahora la más mínima oportunidad. En la radio de países como Brasil, Inglaterra o España puedes escuchar en cualquier momento a Madonna, pero nunca a John Lee Hooker", se lamenta.

La revista Rolling Stone ha elogiado el primer corte de Twenty, Poor Johnny, como uno de los mejores en toda la discografía de Cray. "Nació con un aire reggae inusual en mí, fruto de esa curiosidad que siento por todas las músicas y de mi negativa a fijarme límites cuando me siento a escribir", recuerda el autor.

Más sombrío es el relato de Twenty, un blues lento y tristísimo sobre un veinteañero que se alista al Ejército tras el 11-S y encuentra la muerte en Irak. "La reelección de Bush fue muy frustrante para la gente del arte y la cultura", confiesa con tono sombrío. "En mi país los alcaldes favorecen a los ricos con bajadas de impuestos, los escándalos financieros se suceden, los poderosos se benefician de las grandes empresas... Pero el control gubernamental sobre los grandes medios es tan grande que todo nuestro esfuerzo resultó inútil. Nadie muestra fotos de la gente inocente que muere a diario en Irak ni de nuestros pobres soldados que fueron allí engañados y también están perdiendo la vida".

Cray admite que este año, "como tantos otros", no ha encontrado "ninguna razón para celebrar el 4 de Julio", la fiesta nacional en su país. "Mi principal motivo de celebración es seguir disfrutando tanto con la música en vivo. Acabo de cumplir 1.000 conciertos y no me siento cansado. ¡No me puedo creer que ya hayan pasado casi treinta años!".

Robert Cray.
Robert Cray.EFE
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