Rajoy se manifiesta con los regantes de Murcia en demanda de "agua para todos"

La manifestación convocada ayer por la asociación de regantes de Murcia no sólo tuvo el respaldo del PP y del presidente del Gobierno popular de esa región, Ramón Luis Valcárcel. También acudieron el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy; el presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el líder del PP andaluz, Javier Arenas. La marcha -que concentró a 400.000 personas, según la policía local, y a 75.000, según la Delegación del Gobierno- recorrió el centro de la ciudad bajo el lema "En defensa del trasvase Tajo-Segura. ¡Necesitamos agua!".

Los manifestantes se dieron cita en la Plaza Circular de Murcia para recorrer la Avenida de la Constitución y la Gran Vía de la ciudad. Antes de comenzar la marcha, todos los tráilers que cabían en la Gran Vía habían ocupado esa calle con un ensordecedor estruendo de bocinazos. La Avenida de la Constitución, mientras, se la repartieron entre una caravana de taxistas y otra, detrás, de tractores. Después iba también algún burro cargado con cántaros de agua.

Todos exhibían carteles y pegatinas de "agua para todos", que también fueron colgados desde buena parte de los balcones de las viviendas que daban a esas calles.

Detrás de los camiones, los taxistas y los tractoristas se fue agolpando la gente, unos como manifestantes, otros como meros espectadores del estruendo de pitos y bocinas.

La primera línea de la manifestación la encabezaron los regantes. Bastante más atrás iban los políticos, con Rajoy, Camps, Valcárcel, Arenas y Barberá como caras más conocidas.

Guerra entre vecinos

Muchos que caminaban como manifestantes o que miraban desde las aceras como espectadores, aclamaron el paso de Rajoy con aplausos y gritos de "presidente". Y es que en Murcia, el PP obtiene mayorías aplastantes. En las últimas elecciones, seis de los nueve diputados al Congreso fueron elegidos bajo la marca de la gaviota.

La manifestación de ayer en Murcia tiene como telón de fondo el reciente trasvase del Tajo aprobado por el Gobierno, que ha sido criticado como excesivo por todos los partidos de Castilla-La Mancha (incluido el PP) y censurado por insuficiente por todos los murcianos (incluido el PSOE).

Los regantes murcianos aseguraron ayer que el Consejo de Ministros "sólo autorizó el trasvase, para regadío, de 42 de los 120 hectómetros cúbicos" que éstos pedían y que esa cantidad es "muy insuficiente". Los castellano-manchegos consideran excesivo el trasvase de una sola gota.

Con esa base, estos regantes convocaron una marcha a la que, en un principio, se sumó el PSOE, pero que después desautorizó al conocer que se sumarían a la marcha una pléyade de dirigentes del PP, incluido, en el último momento, Mariano Rajoy. Hasta la manifestación de ayer, Rajoy mantenía que él sólo había ido "en su vida" a concentraciones contra el terrorismo.

Rajoy estaba invitado a acudir ayer a Murcia porque el PP de esa región celebraba el décimo aniversario de la llegada de Ramón Luis Valcárcel a la presidencia de la comunidad autónoma. Con ese motivo, el PP estrenó nueva sede, que Rajoy inauguró, y celebró una multitudinaria comida-mitin con sus militantes que sirvió para dar los argumentos a favor de la manifestación de la tarde.

Antes, en una conferencia de prensa, Rajoy fue insistentemente preguntado por el enfrentamiento entre Castilla-La Mancha y Murcia a cuenta del agua, y por si su presencia en la manifestación suponía tomar partido por una región frente a la otra. De todas las maneras posibles, replicó que no: "Mi presencia en esta manifestación es un apoyo a todos los regantes y a todos los ciudadanos. A los regantes de Aragón, de Castilla-La Mancha, de todo el Levante español. Y una exigencia al Gobierno español de que dé una alternativa distinta de no hacer nada. Ése es el sentido de mi manifestación aquí", afirmó.

Le insistieron en que hay una disputa entre dos vecinos: "No hay ningún asunto en el que no haya intereses encontrados. Yo me manifiesto a favor de todos. Y para exigir al Gobierno que plantee una alternativa", replicó para recordar que "Castilla-La Mancha aprobó el Plan Hidrológico Nacional (PHN). Lo respaldó su entonces presidente, José Bono, que hoy es ministro del Gobierno y ha votado lo contrario de lo que hizo entonces".

Después, en la comida con sus militantes, Rajoy hizo una encendida defensa del PHN -cuyas obras estarían ahora, en el mejor de los casos, empezando- como solución óptima al problema del agua. Subió a la tribuna con una hoja de lechuga de la ensalada y, enarbolándola, preguntó a los suyos si hay alguna agricultura mejor que la murciana. Los populares bramaron que no, y Rajoy se lanzó a defender el PHN y a concluir que si ahora falta agua es porque el Gobierno paralizó aquellas obras.

"El PHN era agua para todos", arrancó Rajoy. "Lo votó Cataluña, Murcia, Valencia, Castilla-La Mancha, Andalucía. Tuvo el 80% de los votos en el Consejo Nacional del Agua y el señor Zapatero, en un acto de talante, lo derogó en 24 horas".

El resultado, según él, es que sólo hay "tres ganadores" de la supresión del trasvase: "El mar Mediterráneo, que sigue recibiendo el agua del Ebro que no va a Levante; el señor Zapatero, que cumplió su capricho, y el señor Carod Rovira, que se lo exigió".