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Reportaje:TOUR 2005 | Undécima etapa

"Frigo es un canalla"

Ferretti carga contra su pupilo, detenido al hallarse EPO en el coche de su mujer

Carlos Arribas

El jueves 7 de julio, san Fermín, Jean-Marie Leblanc se regocijaba, ingenuo, de que el Tour de 2005 no había dado pie aún a ninguna noticia sobre dopaje, de que era el primer Tour en los últimos siete años que le había producido tal placer, de que estaba convencido de que la lucha de las autoridades de todo tipo contra la plaga del dopaje empezaba a dar sus frutos.

El martes 12, Giuseppe Martinelli -director italiano del Lampre, veterano ya en 1998, en el Tour del caso Festina, cuando condujo a Marco Pantani a la victoria- insultaba directamente a su corredor ruso Evgeni Petrov, expulsado de la carrera por superar su hematocrito el límite de 50, lo que le convertía en sospechoso de haberse dopado con eritropoietina el día anterior, el día de descanso. "Petrov es un imbécil", gritó Martinelli. "Sólo espero que ningún otro equipo lo contrate cuando nosotros lo despidamos. Para mí es un hombre muerto. No quiero volver a verlo en la vida".

"El error más grande fue volver a creer en él", dice su director, que ya le perdonó en 2002
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El miércoles 13 de julio, ayer, el "imbécil" espetado por Martinelli hacia el segundo corredor de su equipo que esta temporada se pasa con el hematocrito, se quedó en nada con el "canalla" con que Giancarlo Ferretti, director del Fassa Bortolo, iracundo, calificó a su amado corredor Darío Frigo. La razón, evidentemente, tenía que ver con un asunto de dopaje.

Ferretti no ha venido al Tour. El viejo director se ha quedado buscando patrocinador en Roma para la próxima temporada. Ayer, a las 8 de la mañana, le despertó una llamada de Bruno Cenghialta, el técnico que lleva al conjunto. "La policía ha detenido a Frigo", le dijo. Y le contó: "El lunes por la noche, en la madrugada del martes, los aduaneros detuvieron a Susanna, su mujer, en un control en un peaje de la autopista, cerca de Grenoble. Le registraron el coche y encontraron en un termo, con hielo, 10 ampollas inyectables que sospecharon que era EPO u otro producto dopante que han enviado a analizar a Luxemburgo. La encerraron en una comisaría de Chambéry. A Frigo fueron a buscarlo al hotel de Courchevel a las 7.30. Y se lo han llevado a la misma comisaría".

Y ante tal relato, el último que le habría apetecido escuchar, Ferretti no podía reaccionar más que de una forma: "Frigo es un canalla", declaró. "Me dicen que puede estar un mes en la cárcel. Un mes es poco. Deberían prohibirle no sólo volver al ciclismo, sino también a las cunetas". Un caso como hace tres años, cuando la esposa de Raimondas Rumsas, tercero de aquel Tour, fue detenida en Chamonix con el maletero lleno de dopaje. Es la colaboración de familiares y amigos los días de descanso.

No es la primera vez que Frigo protagoniza un caso de dopaje. En 2001, en el Giro de la redada de San Remo, la policía encontró en el equipaje de Frigo, entonces la figura emergente del ciclismo italiano, varias ampollas sospechosas. Según la etiqueta, una de ellas era RSR 13, una especie de hemoglobina sintética aún en fase experimental. Detenido y enjuiciado, Frigo se descubrió víctima de una estafa: lo que él creía una sustancia mágica, extraordinaria, resultó ser, según la pericia judicial, suero fisiológico. De todo el embrollo Frigo salió con una suspensión de seis meses. Volvió al pelotón en 2002 en el equipo Tacconi, y volvió a ganar carreras con brillantez, incluida una etapa en el Tour. A finales de año Ferretti dijo a sus amigos: "Creo que voy a darle una segunda oportunidad a Frigo. Me ha llamado y me ha dicho que del pasado en él no queda nada, que es un hombre nuevo".

Ayer, Leblanc dijo que tenía unas ganas locas de que la generación de Frigo dejara el ciclismo de una vez. Y Ferretti terminó así su discurso: "El error más grande fue volver a creer en él. Con su cara de ángel convenció a todos de que se trataba de un chaval ingenuo y engañado. La lección de entonces no le bastó, más que un ingenuo, Frigo es un canalla con C mayúscula". A última hora el fiscal solicitó el procesamiento de la pareja por un delito de contrabando, castigado con penas de hasta tres años, pero no pidió su ingreso en prisión.

Frigo y su mujer, en la comisaría de Albertville.
Frigo y su mujer, en la comisaría de Albertville.REUTERS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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