Urbanismo coloca máquinas de las obras de la M-30 en un jardín de la Casa de Campo

Las obras de la M-30 han llegado a la Casa de Campo. En el denominado Jardín de Plantas Aromáticas y Medicinales, de más de dos hectáreas, fue instalada ayer una grúa de 18 toneladas de la compañía Peninsular. El paraje, trazado en el siglo XVI y remozado en el XIX, se halla junto al pabellón de los Vargas, en la entrada de la Puerta del Rey, frente al Manzanares.

A primera hora de la mañana, la grúa fue trasladada allí, segmentada, en grandes camiones. Topógrafos de la empresa Print realizaron sus primeras mediciones sobre el terreno, donde acababan de ser asentados dos pabellones para alojar a numerosos operarios, que comenzaron sus faenas. La compañía Dragados dirige la actuación, en la que interviene también Geocisa, de prospecciones geotécnicas.

La grúa forma parte de un primer despliegue de maquinaria y utillaje para las obras que el Ayuntamiento realiza en la avenida de Portugal. El espacio servirá inicialmente de almacén de materiales de construcción empleados en el engarce de la vía de circunvalación M-30 con la avenida, obras cuya duración se prevé en 24 meses, con un presupuesto de 166 millones.

Pilar Martínez, concejal de Urbanismo, explicó que el Ayuntamiento obtuvo el pasado viernes permiso por parte de la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad y de la Concejalía de Medio Ambiente. "Nos han impuesto prescripciones técnicas, que cumpliremos", aseguró Martínez.

"Erial sin valor"

Según la edil de Urbanismo, "el terreno que ocupaba el jardín de plantas medicinales de Felipe II es hoy un erial sin ningún valor". "Pero este jardín será recuperado en la zona de la Casa de Campo más próxima a la M-30, cerca de la Puerta del Rey", agregó.

Hoy, el recinto, parcialmente degradado, se halla dentro de un tapial de mampostería recientemente restaurado. En su acceso se encuentran varios Platanus hispanicus, que datan de 1794. Este predio, cuyo perímetro exterior, de unos 300 metros, acaba de ser cercado, fue trazado por orden de Felipe II para el cultivo de plantas medicinales y aromáticas, y su custodia le fue encomendada al clérigo Gregorio de los Ríos, pionero de los tratadistas españoles de jardinería.

Según los historiadores José Luis Fernández, Ángel Bahamonde, Paloma Barreiro y Beatriz Tejero, conserva trazas de un jardin romántico del siglo XIX, atribuido al paisajista Ramón Oliva, con un estanque de rocalla con nenúfares, donde anidaban azulones.

Con el advenimiento de la II República, fue declarado jardín histórico-artístico, protección actualizada en 1985. Tras la Guerra Civil (1936-1939), el agrónomo Manuel Madueña Box cultivó en él 200 especies de plantas aromáticas y medicinales, en una época de gran carestía farmacológica. Su cultivo ha proseguido hasta hace un par de años por el Instituto de Investigaciones Agronómicas, que, con una decena de operarios, extraía al año varios camiones de manzanilla, lavanda y similares.