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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

"El gen de la lucha"

Florentino Pérez presenta a Pablo García y a Diogo y les identifica como modelos de la garra charrúa

Diego Torres

"Di Stéfano tenía a Marquitos", recordaba ayer Florentino Pérez; "y Marquitos hacía lo que mandaba Di Stéfano". El presidente del Real Madrid evocó el gen batallador del viejo central cántabro para justificar su satisfacción durante la presentación de Pablo García y Carlos Diogo, dos uruguayos que llegan con el aval charrúa del carácter belicoso.

Antes, el Madrid fichó "artistas", en palabras del presidente. Ahora el perfil ideal es más viril. Los malos resultados de las dos últimas campañas han motivado en la directiva un cambio de orientación. Lo inspira la búsqueda de un equilibrio entre la creatividad y la capacidad para destruir, antagonismos encarnados por Di Stéfano y Marquitos, dos referencias del primer equipo que vio Florentino Pérez en su vida, a finales de los cincuenta.

En su alocución, el presidente del Madrid echó mano de la garra charrúa para explicar que no todo es mercadotecnia y proyección internacional. Fichados Beckham, Ronaldo y Zidane, el presidente aclaró que en su club también hay sitio para otros conceptos. "El fútbol en el Madrid", dijo, "implica compromiso y entrega. Todos nuestros seguidores aman el fútbol espectáculo y también la lucha y el sacrifico. El fútbol en Uruguay tiene un componente genético que les ha hecho ser grandes en este deporte. No se trata de una nación grande, pero ha tenido importantes gestas futbolista. Valientes y orgullosos, valores que forman parte del carácter del Real Madrid".

José Emilio Santamaría, veterano del Madrid, definió a sus compatriotas de forma lacónica. "Son dos chicos sanos y honrados", dijo en la presentación de García y Diogo. Luego, Di Stéfano les deseó "lo mejor".

Cuando le tocó hablar a García, el capitán de la selección de Uruguay, se manifestó con aparente pesadumbre. La frente surcada por profundas arrugas de responsabilidad, ante la mirada de su agente, Paco Casal, a quien agradeció las gestiones para posibilitar el traspaso. El ceño fruncido. La boca describiendo un arco hacia abajo. "Las palabras no son mi fuerte", avisó. "Voy a morir por esta camiseta. Si hago el 10% de lo que han hecho estos dos monstruos que tengo al lado [por Di Stéfano y Santamaría], me doy por satisfecho".

Luxemburgo, exigente

García, procedente de Osasuna, y Diogo, que jugó la última temporada en el River Plate argentino, llegan a Chamartín por unos 10 millones de euros. Con ellos, y a falta de cerrar el fichaje del brasileño Robinho, Florentino Pérez asegura tener la plantilla que desea para afrontar la temporada 2005-2006.

Sin embargo, esto no complace a Vanderlei Luxemburgo, el entrenador, que preferiría contar con más refuerzos. De momento, para acelerar la contratación de Robinho, el Madrid envió ayer a Sao Paulo a un representante con poder para firmar en nombre del club. Florentino Pérez está convencido de que, tarde o temprano, la operación culminará con éxito.

Pablo García (izquierda) y Diogo posan con el uniforme de su nuevo equipo en el Santiago Bernabéu.
Pablo García (izquierda) y Diogo posan con el uniforme de su nuevo equipo en el Santiago Bernabéu.REUTERS

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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