Sezen Aksu, la diva del pop de Turquía
La cantante actúa en La Mar de Músicas
La reina de Estambul actuó por primera vez en España. Lo hizo en el festival La Mar de Músicas, dedicado este año a Turquía, al frente de una nutrida banda. Y, ante el estupor del público, llegó a cantar El porompompero. "Eso que llaman duende es muy importante para mí", confiesa.
Desde finales de los años setenta, más de quince discos editados, millones de ejemplares vendidos y decenas de canciones de éxito para otros cantantes avalan a la Madonna del pop turco.
Nunca antes había actuado en un país que no tiene una comunidad turca importante. Cuando canta en Berlín o en Londres está arropada por sus seguidores, que se saben de memoria las letras de las canciones. "Para ella, era un reto", explica Vito Montaruli, promotor de música turca, que compara su estatus con el de Mina en Italia. "En España, no hay una diva en ese sentido, pero ella podría ser un cruce entre Ana Belén y Rocío Jurado". "Siempre había querido venir a España, pero al final surgía algún problema y no era posible", dice Sezen Aksu, que pasó horas de compras en unos grandes almacenes de Cartagena sin que nadie la incomodara, una sensación que ya no recordaba, y se llevó al hotel 13 pares de zapatos.
Aksu grabó su primer sencillo en 1974. Su primer número uno en las listas turcas data de 1976. Dos años más tarde se publica el primer elepé, Serçe, que le valió el apodo cariñoso de pequeño gorrión. Es la autora de Simarik, el éxito internacional de su compatriota Tarkan, y la descubridora de Sertab Erener, que hace dos años ganó Eurovisión. "Tarkan ya nació estrella, con esa canción o sin ella", asegura. "En cuanto a Sertab, es una cantante fabulosa, con una gran voz. Los quiero a los dos".
Sezen Aksu (13 de julio de 1954) creció en Esmirna, y no sólo canta y compone -fue la primera turca que escribió y cantó sus propias canciones-, también ejerce de productora.
"No he tenido problemas por la manera de expresar mis sentimientos a través de mi música", afirma. Lo cierto es que nunca se ha cortado: desde abordar el conflicto con los kurdos hasta juntarse con artistas helenos en momentos diplomáticos delicados entre Turquía y Grecia. "Todos compartimos emociones como la tristeza y la alegría. Y Turquía ofrece una realidad multicultural fantástica. El resto son asuntos de estrategia política". En 2002, reunió en un coro a niños turcos, armenios, griegos, judíos, kurdos... "Un proyecto más de unir a personas que comparten una historia común", dice.
A Sezen Aksu, que cita como películas impactantes Carmen, de Saura, y Todo sobre mi madre, de Almodóvar, se la puede ver en Crossing the bridge, un documental de Fatih Akin sobre la efervescente escena musical de Estambul, que se proyectó en el pasado Festival de Cannes.
Babelia
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