Los terroristas que atacaron Londres utilizaron explosivos de tipo militar
La policía cree que un 'comando' de Al Qaeda se inspiró en el 11-M
Londres recuperó ayer su pulso vital. Nada hacía indicar que la víspera había vivido el peor atentado terrorista de su historia, una matanza que ha segado la vida a más de 50 personas. Los turistas se hacían fotos, había autobuses y el metro había vuelto casi a la normalidad. Sólo estaban suspendidos los tramos cercanos a las tres estaciones donde explotaron las bombas. Aunque el Gobierno no lo ha confirmado, se sabe que en el autobús que circulaba por Tavistock Square murió el terrorista que llevaba los explosivos, pero no es seguro que fuera un suicida. Los explosivos eran de tipo militar.
El Foreign Office confirmó que ha habido extranjeros muertos, pero el Consulado de España en Londres aseguró que no hay españoles ni entre las víctimas mortales ni entre los heridos graves.
Un día después de los atentados se refuerza la tesis de que fueron obra de un comando de Al Qaeda y que se inspiraron en los ataques del 11-M en Madrid, pero eso es más una deducción que una conclusión comprobada. Aunque las autoridades mantienen un gran hermetismo informativo, fuentes conocedoras de la investigación afirmaron a este diario que al menos uno de los terroristas, el que hizo volar un autobús en Tavistock Square, murió en el atentado, aunque eso no significa que fuera un suicida.
El jefe de Scotland Yard, sir Ian Blair, se limitó ayer a decir: "No hay ningún indicio de que se tratara de un atentado suicida, pero tampoco de lo contrario". En ese atentado, la cifra oficial de fallecidos ha pasado de 2 a 13.
Los investigadores cuentan con multitud de elementos para poder identificar a los autores de los cuatro atentados del jueves 7 de julio. Uno de ellos son los explosivos: se trata de cargas de menos de cinco kilogramos de un explosivo de tipo militar.
El Ejército, que suele trabajar con un gran secretismo, es el encargado de esta parte de la investigación. Llama la atención que las cargas de explosivos fueran tan livianas y que no tuvieran metralla. Ambos factores pudieron deberse a la voluntad de transportarlas con más facilidad, evitar los detectores de metales e introducirlas en el metro sin llamar la atención.
Artículos de Carlos Fuentes, Mary Kaldor, Gema Martín Muñoz y Rogelio Alonso
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.