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El cantante Joe Bataan reaparece con el guitarrista Marc Ribot

Actuaron el jueves en Salamanca y hoy lo harán en Madrid

Diego A. Manrique

Joe Bataan es recordado en medio mundo por Rap-o, clap-o, uno de los primeros temas de rap que saltaron de Nueva York, allá por 1979. Tras retirarse de los escenarios para trabajar como consejero de adolescentes en el Bronx, ha sido recuperado -el sello español Vampi Soul ejerce como uno de sus principales valedores- con el redescubrimiento del bugalú como irresistible música de baile. Se presentó el jueves en Salamanca y hoy lo hace en Madrid, acompañado por el guitarrista Marc Ribot.

Joe Bataan, de verdadero nombre Peter Ritollano, a partir de 1968 y dentro del imperio Fania, desarrolló una excitante fusión de ritmos latinos y soul afroamericano, con temas como Ordinary guy, My cloud, Gypsy woman o Subway Joe; su LP Salsoul bautizó a una de las discográficas clave de la era de la disco-music.

Lo extraordinario es que ahora Bataan se hace acompañar por uno de los guitarristas más eclécticos del downtown neoyorquino, Marc Ribot, un experimentador más conocido en el planeta del rock por su incisivo trabajo con Elvis Costello o Tom Waits. Ribot comenta: "Fue una idea de mi promotor español, Sergio [Merino, de Arco y Flecha], que me puso en su coche música de Joe y me animó a contactarle. Debutamos el pasado año precisamente en España y ahora lo estamos llevando por varios países. Lo alterno con tríos en una línea hard rock y disfruto bastante: es bueno tocar para bailar".

En directo, Ribot empuja a Bataan con una relampagueante guitarra, a lo Carlos Santana, pero antes toca material de uno de sus proyectos imposibles, Los Cubanos Postizos: "Fue una intuición, había descubierto la música del tresero cubano Arsenio Rodríguez y pensé que aquello me serviría para ampliar mi vocabulario. Siempre ha habido una corriente secreta de ritmos latinos en el rock, incluso en los tiempos del punk rock neoyorquino: yo escuchaba a Mink de Ville y me preguntaba qué era lo que les hacía más disfrutables que otros grupos que tocaban en el CBGB. Encontré la respuesta en viejos discos cubanos".

Los Cubanos Postizos lanzaron dos vistosos álbumes en Atlantic, pero Ribot cree que no captaron fielmente su energía: "Tenemos actuaciones muy potentes que estamos pensando en editar, incluyendo material con Joe". Forman una pareja insólita: Bataan da constantemente gracias a Dios por su matrimonio -su esposa suele acompañarle en el escenario- y por haberle sacado de sus problemas juveniles, mientras Ribot es más que escéptico en cuestiones de religión: "Bueno, trabajé con Solomon Burke, que era incluso predicador de oficio, así que estoy habituado. Yo estuve en aquella iniciativa de Radical Jewish Culture [Cultura Judía Radical], pero siempre me pareció un nombre horrible, ya que la radicalidad judía suele ser de extrema derecha. Como definición estética, prefiero lo de 'cosmopolita sin raíces', que era como se denominaba a los judíos en los tiempos de Stalin. Era un mote muy peligroso, se lo aplicaron a Allen Ginsberg cuando le detuvieron en Praga. Yo lo recuperé como signo de honor".

Marc Ribot, en una imagen de promoción.
Marc Ribot, en una imagen de promoción.
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