El jefe de personal de Volkswagen dimite por un caso de corrupción

El jefe de personal y miembro del Consejo de Administración del grupo automovilistico alemán Volkswagen, Peter Hartz, puso ayer su cargo a disposición del consejo de vigilancia de la compañía por su responsabilidad en un escándalo de corrupción. La decisión, dijo Hartz, la tomó "para evitar más daños a la empresa". "Se trata de algo más que mi persona. Se trata de la reputación de Volkswagen, a la que me debo", dijo Hartz.

La fiscalía de Braunschweig está investigando a sus subordinados directos Helmuth Schuster y Klaus-Joachim Gebauer por la presunta creación de una red de empresas en varios países del mundo a través de las cuales intentaban hacer negocios con Volkswagen.

La compañía ya despidió a Schuster, jefe de personal de Skoda, y Gebauer después de contratar a un detective privado que aportó pruebas de las irregularidades. Klaus Volkert, presidente del comité de empresa, dimitió el jueves pasado por el mismo motivo, lo cual destapó todo el asunto. "Se sobreentiende que asumo personalmente la responsabilidad de todas las irregularidades ocurridas en mi ámbito de competencias", declaró Hartz.

El consejo de vigilancia tendrá que decidir ahora si acepta la dimisión de Hartz. Uno de sus miembros, el primer ministro de Baja Sajonia Christian Wulff, ya se pronunció ayer a favor de aceptarla "con efecto inmediato".

Son conocidas las malas relaciones de Wulff, uno de los barones de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), con Hartz, miembro del Partido Socialdemócrata (SPD), amigo personal del canciller, Gerhard Schröder, y afiliado al sindicato IG-Metall.

Hartz diseñó y dio su nombre a una reforma laboral que la CDU presenta como símbolo del fracaso del Gobierno rojiverde. Su dimisión supone un duro golpe para la campaña electoral de Schröder.

Aparte de la responsabilidad que Hartz pueda tener como superior de Schuster y Gebauer, un escándalo paralelo amenaza hace días con acabar con él. Se trata de los supuestos sobornos al comité de empresa para inclinar sus decisiones en favor de los intereses de la compañía.