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Cordón de seguridad para contener a los activistas

A primera hora de ayer, la policía puso en marcha un amplio cordón de seguridad alrededor del campamento donde se albergan miles de manifestantes contrarios al G-8, con la esperanza de evitar que se repitan los actos violentos que se sucedieron el pasado miércoles, en el primer día de la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8), formado por los países más poderosos económicamente del mundo -Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, Alemania y Japón- y Rusia. Un cámara de la agencia Associated Press pudo ver a la policía bloqueando la principal entrada al campamento y cerrando las carreteras de la localidad de Stirling, 22 kilómetros al suroeste de Gleneagles, donde se desarrolla la cumbre.

La policía central de Escocia confirmó que sus miembros han puesto en marcha un "cordón de seguridad" alrededor del campo, en el que se encuentran 5.000 manifestantes. Un portavoz indicó que efectivos policiales se situaron a intervalos regulares alrededor del perímetro del campo.

Un portavoz oficial señaló que la policía ha deseado permitir manifestaciones pacíficas. "Sin embargo, una violenta minoría que no tiene interés en protestas legales y pacíficas han provocado disturbios en la comunidad de Stirling y la policía cree que hay planes de una repetición", aseguró el comunicado.

"La policía no tiene planes de entrar en el lugar, pero se les ha pedido a todos que permanezcan en el campo por el momento en aras de la seguridad", agregó. La policía y los activistas anti- G-8 se enfrentaron a primera hora del miércoles, cuando los manifestantes rompieron ventanillas de coches e intentaron bloquear una de las principales carreteras de acceso a Gleneagles.

Altercados

Más de un centenar de activistas, en su mayoría con las caras cubiertas, partieron del campamento prefabricado en Stirling, donde unos 5.000 anarquistas y antiglobalizadores se encuentran concentrados. El comunicado oficial de ayer indicó que la policía no permitirá la salida del campamento a nadie que tenga la "intención de provocar altercados". Un portavoz indicó que hay oficiales dialogando con los manifestantes anti- G-8 y que el lugar se encuentra en calma.

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El pasado miércoles, cientos de manifestantes quebraron la habitual tranquilidad de la campiña escocesa al enfrentarse a la policía en un intento de asaltar el recinto que alberga la cumbre del G-8. Los violentos trataron de rebasar la kilométrica barrera de acero que pretende aislar el lujoso hotel escocés de Gleneagles, a unos 70 kilómetros de Edimburgo, donde se iba a desarrollar la reunión de los líderes del Grupo de los Ocho. Los manifestantes llegaron a acercarse hasta unos 600 metros del selecto complejo, en el que se alojan los ocho hombres más poderosos del mundo, entre ellos el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente de Estados Unidos, George W. Bush.

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