"It's Blair!"
La teoría conspiratoria está ya lanzada: los Juegos se los han dado a Blair en lugar de a Chirac. ¿Por influencia de Estados Unidos? Sí, como todo... Pero Estados Unidos no iba a dejar que se perdiera Nueva York. ¡Nunca querría Nueva York! Tendrían que entrar y salir millares de personas en esas fechas, y la seguridad sufriría. Sería una gran apertura para el terrorismo. Acordémonos de Múnich...
En un ámbito más local, el problema está en Zapatero. Con Aznar, cargado de toda la simpatía de Estados Unidos y del mundo occidental que se defiende de sus nuevos bárbaros, Madrid hubiese sido una garantía de seguridad y de orden. Pero ahora... ¿Y Gallardón? En efecto, no faltaba más que Gallardón para arruinarlo todo. Un disidente, un hombre que espera su momento, un oportunista... No olvidemos que el pensamiento está dominado por los aznaritas. Bueno, pensamiento no, eso es otra cosa, pero sí la consigna, la voz de mando, el sentido de la fuerza sana. No fue otra cosa la que difundió su Gobierno, y la que queda en sus repartidores de opinión. Sólo se oponen Piqué, ¡un catalán!, y este hipócrita de Gallardón, un liberalote. Hay que distinguir: la semántica varía a cada minuto, ellos toman las palabras como gusanos, las retuercen y les dan la forma que quieren. Ellos sí son liberales: gente de orden, que respetan a cada uno, que luchan por la libertad de la familia y del sexo, que nadie obligue a nadie a ser homosexual, como ahora. Liberalotes eran para ellos -sus antepasados de boina roja- los partidarios de Isabel II, trasnochados, zapateriles...
Bueno, bueno, bueno... La charca se conmovió ayer. Aunque estuviera allí Esperanza, que no es dudosa, y alguno de los suyos, no querían en el fondo que fuera Madrid. No es que ellos duden de que en Madrid reinarán en 2012, y será Aznar el salvador, el mesías, con Acebes y Zaplana a sus costados: pero ahora hubiera sido un éxito de Zapatero: para eso estaba allí, para recogerlo, para asomar a todas las televisiones... Con esa sonrisa que el diablo puso en su boca, como las cejas circunflejas, que son un signo de la herencia satánica... "It's Blair!". No iba a ser París, que votó no a Europa; no iba a ser Chirac, que destruye las viejas alianzas. Blair, en cambio, qué caballero, qué británico, qué primo de Bush, que combatiente europeo en Irak. Pero el Madrid de "No a la guerra"...
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