Serrat reaparece en Barcelona con cuatro recitales en el Grec

Hoy puede ser un gran día, y los tres próximos también. Como mínimo, para los barceloneses que han tenido la suerte de conseguir una de las algo más de 8.000 entradas que el festival Grec ha puesto a la venta para los conciertos de Joan Manuel Serrat en el anfiteatro de Montjuïc. Un gran día para el público y también para el propio cantautor ya que estos cuatro recitales van a representar el reencuentro de Serrat con la afición de su ciudad tras la grave enfermedad que le mantuvo apartado de la música durante varios meses.

"Me lo estoy pasando muy bien", explicó Joan Manuel Serrat refiriéndose no sólo a la gira que le trae a Barcelona sino a su estado anímico actual. Un Serrat exultante y dinámico que irradia optimismo y alegría por todos los poros. "No sólo estoy muy bien sino que estoy mucho más tranquilo que antes", prosigue el cantautor barcelonés aludiendo a su todavía reciente enfermedad. "Acarreo alguna incomodidad quirúrgica pero la verdad es que no sólo sigo subiendo al escenario con normalidad sino que practico deporte y como y bebo mucho mejor que antes".

"Además, hace un tiempo estupendo, un verano magnífico", prosigue Serrat exteriorizando ese optimismo contagioso. "¿Qué más se puede pedir? Bueno, sí: que llueva, pero no ahora, que aguante estos cuatro días y después que llueva, que el campo lo necesita". Una necesidad que Serrat no contempla de lejos sino que vive muy de cerca ya que su última afición se centra, precisamente, en el cultivo de la vid y la elaboración de vino en la comarca del Priorat. "Como planta la vid es maravillosa y agradecida y el producto que se extrae es puro zumo de dioses. El Priorat es una tierra de gran calidad para los vinos". Serrat comercializa sus vinos etiquetados como Perinet.

Los cuatro conciertos en Barcelona que hoy se inician y para los que se agotaron las localidades hace ya varias semanas se enmarcan en una larga gira que Serrat ha afrontado con el simple acompañamiento de su fiel pianista Ricard Miralles. "Tenía muchas ganas de encontrarme bien y eso no sólo pasaba por sentirme bien físicamente sino por recuperar las actividades normales y para mí la normalidad es subirme a un escenario. Además, quería hacerlo con un planteamiento nuevo, buscando un acercamiento mayor con la gente, algo más confidencial".

Esa búsqueda se materializa sobre la tarima en la evocación, sin más ayuda que una guitarra y un piano, de un puñado de canciones que han marcado sus casi cuarenta años de actividad profesional. "Ha sido un trabajo muy duro", prosigue Serrat. "Hacer un arreglo de una canción es ya difícil. Reducirla al mínimo pero conservando su espíritu y sus detalles es mucho más complejo pero gratificante".