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Reportaje:

Proyectos para ser feliz

La UIMP celebra unas jornadas que abordan la cuestión de la felicidad como un proyecto de vida

El filósofo griego Aristóteles pasó parte de su vida preguntándose cómo podemos llegar a la felicidad. 2.500 años después los seres humanos se siguen haciendo la misma pregunta.

La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) celebra, desde ayer, las jornadas Felicidad y proyectos de vida buena dirigidas por Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universitat de València. Unas jornadas que, según su directora, "no enseñan la felicidad, sino que te invitan a buscarla".

La catedrática inició el curso haciendo referencia a la sociedad actual: "Una comunidad de personas faltas de ideales y de referencias". Para la directora de las jornadas esta falta de referencias "se puede solucionar si se proponen modelos para alcanzar la felicidad".

A pesar de que la actividad y el trabajo diario son componentes fundamentales para lograr la felicidad, también existe un segundo bloque: la fortuna. Alrededor de este enigma giró la conferencia de inicio de las jornadas. Jean Grondin, profesor de Filosofía de la Universidad de Montreal, expuso sus ideas sobre el factor suerte en la vida y el sentido de la misma.

Como si de un debate entre Adela Cortina y el escritor Aldous Huxley se tratara llegó otra de las ponencias. En Un mundo feliz, el escritor británico imagina un mundo con personas mejoradas genéticamente con el fin de hacer su existencia más alegre y llevadera. Por su parte, la catedrática analizó la "eugenesia libre", es decir, la manipulación de genes para que los humanos sean "más guapos, más listos o con menos enfermedades". Cortina puso en tela de juicio algunos avances científicos que se dan en la actualidad.

Lejos de ofrecer un procedimiento prefijado para alcanzar una vida feliz Adela Cortina y su equipo pretenden ofrecer "propuestas constructivas para lograr la felicidad. Diferentes proyectos de vida con los que se invita a ser feliz". Hacia ese camino van dirigidas más ponencias que, desde hoy, se imparten en la Menéndez Pelayo.

Tratar la felicidad desde el ámbito económico, como hará hoy Peter Koslowski, catedrático de Economía y Filosofía; analizar los fundamentos neurobiológicos de la conducta humana, que propondrá el catedrático de Medicina Francisco J. Rubia, o defender la política como vocación y manera de dirigirse hacia "el bien supremo", cuestión que debatirá la diputada del parlamento europeo Rosa Díez, son diferentes modos de dirigirse a aquello que, según Aristóteles, todos ansiamos.

Adela Cortina también ha querido tener en su equipo al catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto Javier Elzo. El profesor analizará en su intervención la idea de la felicidad en los jóvenes. Para la directora de las jornadas, éste es un aspecto importante a tratar. Por ello, Javier Elzo ha sacado conclusiones de una encuesta propia en la que afirma que "los jóvenes que tienen una vida más comprometida socialmente y trabajan en organizaciones para los demás se encuentran a gusto consigo mismos", señala la catedrática Cortina, según el informe de Elzo; también añade que "los jóvenes se sienten realizados cuando tienen en su vida un proyecto en el que ellos no son el único elemento al que mirar", concluye.

Así como la directora comenzó las jornadas analizando la felicidad desde la eugenesia (programar mediante la genética un ser feliz), el profesor de Filosofía Moral Jesús Conill hará lo propio con la eutanasia, es decir, "ser feliz a la hora de morir" comenta Adela Cortina.

Aristóteles identificó en el siglo IV a.C. la felicidad como el "bien supremo" hacia el que todos tendemos y buscamos. Dos milenios después se siguen rastreando nuevos caminos.

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