_
_
_
_
Reportaje:JUEGOS MEDITERRÁNEOS

Expediente cubierto

España logra su objetivo al conseguir el mayor número de medallas de la historia, pero sin acercarse a las cifras de Francia o Italia

"Es lo que hay. Francia e Italia son países con un PIB mayor que el nuestro y con una cultura deportiva también mayor". El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzki, resumió así los resultados deportivos de España en los Juegos Mediterráneos de Almería, que concluyeron ayer.

La verdad es que Lissavetzki no se dejó llevar en ningún momento por la euforia y lo que prometió antes del evento fue superar la marca de 110 metales lograda en los Mediterráneos de Atenas de 1991 y la de los 33 oros de Túnez. Ambas marcas se han superado: 152 medallas y 45 oros. Pero las esperanzas, quizá más voluntariosas que racionales o analíticas, de la mayoría de los aficionados españoles estaban fijas en aprovechar la segunda oportunidad que los Mediterráneos se celebraban en España, desde Barcelona 1955, para colocarse en lo más alto del medallero. La increíble evolución en la calidad competitiva de los deportistas españoles vivida en las dos últimas décadas sin duda ha espoleado estas expectativas. Pero la competición ha ejercido de juez imparcial para situar a España no sólo por debajo, sino dolorosamente lejos de Francia e Italia.

Una de las mayores decepciones en el terreno deportivo fue la de la natación. A pocas fechas del Campeonato Mundial de Montreal, las cuatro medallas de oro, 12 de plata y seis de bronce, saben a poquísimo. La natación figura entre las disciplinas deportivas más subvencionadas con dinero público, ya sea a nivel federativo o de deportistas, según aseguraban algunos altos cargos del Consejo Superior de Deportes en Almería.

En la parte opuesta están tanto la gimnasia artística como la rítmica que han vivido un gran momento en estos Juegos Mediterráneos. Almudena Cid actuó a un nivel muy superior a cualquiera, en una de sus últimas presencias en la alta competición de la rítmica. En artística, Rafa Martínez con su victoria en la competición individual abrió del todo la puerta al futuro que ya entreabrió con su quinto puesto en los Juegos de Atenas.

Golf, tenis y deportes de equipo, como el waterpolo o el balonmano, brillaron. Aunque lo cierto es que los contrincantes nunca parecieron a la altura.

También duele el caso del atletismo. A pesar de las buenas actuaciones y de la cuenta de medallas, Francia con una delegación menor, ya que la élite gala prefirió preparar el próximo Campeonato del Mundo de Atletismo de Helsinki en otros lugares, superó a España.

El presidente del Comité Olímpico Español, José María Echevarría, aseguraba hace uno días que el debe de España a nivel olímpico son los deportes conocidos como minoritarios, que constituyen para otros países un "verdadero semillero" de medallas. Parece ser que esa asignatura sigue aún pendiente y que aún se está lejos del nivel de Italia o Francia, que encabezaron los medalleros de tiro con arco, voley playa, hípica, esgrima, karate, petanca, tiro...

Los aspectos puramente organizativos del evento han ofrecido más alegrías. Las instalaciones de las sedes almerienses y de las varias subsedes se ha construido con criterios realistas. La lluvia de dinero no ha empujado a construir infraestructuras gigantescas, sino que se ha mantenido un criterio de tamaño funcional. El propio Estadio de los Juegos del Mediterráneo está destinado (aunque no concretado aún) a albergar los partidos de la Unión Deportiva Almería.

La Villa Mediterránea de El Toyo ofrecía todos los encantos que ofrecen los apartamentos de playa, que, en realidad, es lo que realmente son. Pero quizá lo más sorprendente haya sido el apoyo del público. El propio Echevarría aseguró a toro pasado que no las había tenido todas consigo al respecto y que había dudado de que una ciudad de 180.000 habitantes poblara las gradas de tantísimos eventos de competición. Las mayores concentraciones se la llevan las dos modalidades de gimnasia y el voley playa -con llenos absolutos-, el voleibol y el balonmano.

Los Juegos Mediterráneos comenzaron con una ceremonia inaugural espléndida, que, según Echevarría y Lissavetzki es lo que más cuenta a la hora de analizar el nivel de los Juegos. Eso no lo duda nadie, pero lo que la gente desea es que a la ya certificada capacidad organizativa española se una un triunfo aún más indiscutible en lo deportivo.

Unos aviones sobrevuelan el estadio en la clausura de los Juegos.
Unos aviones sobrevuelan el estadio en la clausura de los Juegos.PÉREZ CABO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_