Rapaces irreales en el bosque reflejado

En el campus de Puerto Real (Cádiz) hay dos bosques. El real, UN frondoso pinar de la bahía gaditana, y el irreal, que se refleja en las paredes acristaladas de la Facultad de Ciencias del Mar y Ciencias Ambientales. Pero para los pájaros que cruzan la zona en sus rutas migratorias no hay diferencias. Por eso, muchos de ellos choquen brutalmente cuando intentan traspasar lo que perciben como un hueco entre los árboles y en realidad es una fachada que funciona como un mortal espejo. Para evitar estas muertes, la Oficina Verde de la Universidad de Cádiz (UCA) ha colocado en el edificio las pegatinas de varias rapaces, que ahuyentan a las aves y evitan las colisiones.

La facultad se construyó hace 12 años y se utilizó un cristal oscuro para sus paredes exteriores con un ánimo ecológico: el de aprovechar la luz natural pero evitando que pasara el calor. Una forma de ahorrar energía. Sin embargo, esta decisión ha tenido efectos muy negativos. Según los datos de los responsables universitarios, un centenar de pájaros moría al año por impactar de forma violenta contra la fachada. Las aves creían que la pared era la continuación de su camino al reflejar el bosque que rodea la zona. La triste imagen de gorriones y jilgueros estampados contra la pared esparcidos por el suelo se convirtió en algo habitual.

La Oficina Verde la UCA, creada este año, para abordar todos los aspectos medioambientales que afectan a los cuatro campus gaditanos, detectó el problema y decidió actuar de inmediato. Se puso en contacto con el área de infraestructuras y con el rector, Diego Sales, y se acordó la financiación de acciones, que no tardaron en llegar con forma de pegatinas. Tras consultar abundante bibliografía, los responsables universitarios descubrieron que la colocación de figuras de rapaces depredadoras sobre la fachada podría ahuyentar a las aves migratorias, desconocedoras del efecto espejo de las paredes, pero acostumbradas a huir de los peligros evidentes.

Sobre los exteriores de la Facultad de Ciencias del Mar, se han distribuido varios halcones peregrinos, de color blanco, para servir de contraste a las paredes oscuras. Están diseñados por un ornitólogo y realizadas en un vinilo especial de gran durabilidad y resistencia. Estos trabajados han servido para detectar que la amenaza a las aves se había extendido a otro edificio universitario del mismo campus: las pistas de pádel, construidas con cristal claro. Allí lo que se ha situado han sido pegatinas de aguiluchos laguneros, de color oscuro.

Para la colocación de las depredadoras ficticias, que tendrán la misión de ahuyentar al resto de pájaros y evitar los impactos, ha sido necesaria la colaboración del personal de limpieza de la UCA, que facilitó los andamios para repartir las pegatinas en diversas alturas. El propio rector gaditano colocó algunas de estas rapaces simuladas que rompen la realidad del bosque reflejado. Ese mismo día fueron hallados hasta cinco pájaros muertos en el suelo.

Una semana y media después de haber emprendido esta medida, los resultados ya se están notando. De momento, desde la colocación de las pegatinas, no ha impactado ningún pájaro contra la fachada. Gonzalo Elías, de la Oficina Verde, asegura que todavía es pronto para garantizar el rotundo éxito de la iniciativa, aunque dice que el dato es esperanzador. "Era un viejo problema que detectamos y al que hemos buscado una rápida solución que parece que está funcionando", asegura.

Ahora el campus de Puerto Real sigue teniendo dos bosques. El real, lleno de pinos; y el irreal, reflejo del anterior, pero plagado de amenazantes rapaces que, aunque son de mentira, son potenciales salvadoras de cientos de vidas.