Robinho se rebela contra el Santos

Robinho repite en el Santos la estrategia del enfrentamiento. Ocurrió con Figo, con Ronaldo, con Zidane y con Beckham. Como eran jugadores con contrato en vigor, el Madrid no pudo negociar el traspaso abiertamente con ellos cuando quiso ficharlos. Les lanzó un mensaje cargado de promesas -o les extendió un documento- y los dejó actuar solos frente a sus clubes. Así, Figo desafió al Barça. Y, así también, Zidane planteó que quería dejar a la Juve. Luego, Ronaldo se negó a seguir en el Inter. Más tarde, Beckham le dijo al Manchester que se marchaba. Ahora es Robinho, el joven ídolo de Brasil, quien se ha rebelado contra su club, el Santos, con el que tiene contrato hasta 2008. El viernes se negó a entrenarse. Y ayer, también. Dice que quiere jugar en el Madrid. Pero el Madrid ofrece unos 25 millones de euros, tras la oferta inicial, de 12, y el Santos pide más de 40.

El Santos quiere más dinero porque sólo posee el 40% de los derechos del pase y sólo se embolsaría ese porcentaje de lo que pague el Madrid. El 60% restante pertenece al propio jugador, a su padre, un operario del alcantarillado, y a Wagner Ribeiro, el representante. Ahora el Santos los presiona para que rebajen sus pretensiones.

Tras la final de la Copa Confederaciones, el viernes, el técnico del Santos, Tadeu Gallo, dijo que esperaba que Robinho jugase el partido del campeonato brasileño contra el Juventude, hoy domingo: "El viernes quedamos en que se entrenaría, pero no apareció. Lo esperamos mañana".

Ayer, Robinho siguió sin aparecer. No dio explicaciones. Como respuesta, el gerente del Santos, Luiz Menezes, prometió sanciones. "El niño volvió a faltar", se lamentó, "y será penalizado".

El abogado del Santos, Mario Mello, declaró ayer al periódico brasileño Gazeta Sportiva que el club se dispone a entrar en un litigio jurídico con su futbolista: "Hemos consultado a la FIFA y estamos preparados para la peor situación posible".

Mello no descarta que Robinho acuda a los tribunales del máximo organismo para forzar su traspaso al Madrid alegando que la cláusula de rescisión que le impone el club de Río es abusiva.