Cinco siglos de uniformes de la Guardia Real, en La Gran Peña

Una exposición da cuenta de la historia de la Guardia Real a través de sus uniformes, desde los albores del siglo XVI hasta 1982. La muestra, impulsada por la Casa del Rey en colaboración con la compañía textil Induyco, tiene como escenario La Real Gran Peña, veterano club social situado en Gran Vía, 2 y en horario ininterrumpido desde las doce de la mañana a las diez de la noche, hasta este mismo domingo.

En 19 maniquíes, con uniformes confeccionados con las técnicas de cada época, se exhibe la secuencia de los atavíos e impedimenta de los guardias reales, desde que 50 de ellos fueran integrados en 1504 como cuerpo militar encargado de la custodia de las personas regias por Fernando de Castilla y de Aragón, consorte de Isabel, reina católica.

El hilo conductor entre los atuendos mostrados es la alabarda, un tipo de lanza rematada por una hoja en forma de hacha, arma de origen danés que llegó a España en manos de infantes mercenarios suizos, a la sazón los mejores combatientes de a pie de toda Europa. Resulta remarcable la evolución de los calzados, calzas, polainas, jubones, chalecos, petos, chaqués, golas, chupas, corazas y capotes, más sombreros y gorros. Éstos abarcan desde los de lana cruzados por pluma, hasta el reluciente capacete del siglo XVI, el bicornio de la centuria siguiente, los de tres picos del siglo XVIII o los negros morriones. Las principales transformaciones en las modas de los atuendos datan de la época de Fernando VII. Destaca la apostura del uniforme de la Guardia Presidencial de la República Española, con coraza bruñida y el escudo nacional, rematado por su castillete, cincelado encima. Un maniquí viste el atavío de la guardia del general Franco.