A vueltas con el Júcar

Los partidarios y detractores del trasvase Júcar-Vinalopó tuvieron el pasado lunes una nueva oportunidad de confrontar opiniones acerca de la conveniencia de sacar adelante esta obra hidráulica. En un foro muy reducido, convocado por Valencians pel canvi -plataforma cívica creada por un centenar de intelectuales valencianos-, Juan José Moragues, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), y Antonio Estevan, portavoz de la Fundación Nueva Cultura del Agua, contrastaron puntos de vista entre ellos y con el resto de invitados, que moderados por el presidente del foro, Ramon Lapiedra, exigieron, casi unánimemente, a Moragues que paralice el trasvase.

"No hay 80 hectómetros cúbicos [trasvasables] en el bajo Júcar, incluso aunque se dejaran de sobreexplotar los acuíferos en Castilla-La Mancha, que no es el caso", argumentó Estevan, cuestionando la conveniencia de una infraestructura así. Estevan se refirió a la reciente sentencia del Tribunal Supremo por la que se anulaba la asignación de agua para este trasvase en el Plan Hidrográfico del Júcar.

"Nunca ha habido 80 hectómetros". Moragues reconoció que el cálculo empleado para documentar el Plan Hidrológico del Júcar es de hace años, cuando el río era otro y no estaba sometido a las extracciones castellano-manchegas. "Y el PP lo sabía cuando se aprobó", subrayó. En todo caso, el presidente de la CHJ pidió que no se mezclase la sentencia del Supremo con el polémico trasvase, cuyo plan de cuenca deberá ser revisado.

Estevan le reprochó al responsable de este organismo de cuenca que, pese a todo, el trasvase y el plan de cuenca "no se haya deslegitimado técnicamente" y abogó por un debate científico, apoyado en datos técnicos, que sirva para tomar una decisión definitiva. "Es necesario hablar con claridad porque sólo así se podrá hacer frente a la propaganda grosera del PP", incidió el portavoz de la Fundación, partidario de "reinterpretar" todo el sistema hídrico.

Joan Francesc Peris, concejal de Gandia de Els Verds, insistió en que esta conducción no es defendible: "El propio PP está diciendo por qué el trasvase del Ebro no es posible y sí el del Xúquer. O somos valientes para hacer lo que se tiene que hacer" o los votantes pasarán factura al PSPV-PSOE en los comicios de 2007.

El ex consejero socialista Emèrit Bono reconoció que el proceso en torno a la revisión del trasvase "es complicado", pero recordó que la situación es ahora distinta -"es posible el debate"- y apostó por el cambio de modelo impulsado por Rodríguez Zapatero.

El parlamentario verde Carles Arnal reclamó a Moragues que se comprometa y actúe contra los abusos como autoridad hídrica que es, a lo que Moragues respondió que él está cumpliendo con sus responsabilidades, pero no puede ser el único. Cada uno ha de ocupar su papel, vino a decir.

Gabriela Ferrer, de Xúquer Viu, fue dura en sus reclamaciones a Moragues e hizo hincapié en la contradictoria política de declaraciones dentro de las filas socialistas, mientras las obras del trasvase continuaban ejecutándose.

Estevan abogó por la recuperación del Júcar en los próximos 15 o 20 años e insistió en que no es aconsejable asociar la gestión del agua con los proyectos urbanísticos: "Territorio y agua están relacionados, pero deben de gestionarse separadamente", defendió. Por último, el portavoz de la Fundación Nueva Cultura del Agua pidió a todos un esfuerzo por construir un discurso más elaborado, con datos técnicos, desde esa impresión generalizada de que el proyecto del Júcar-Vinalopó tiene grandes defectos.