"El ballet clásico es hoy 100% un deporte de élite"

Igor Yebra (Bilbao, 1974) comenzó ayer a impartir, por cuarto año consecutivo, un curso de ballet clásico dentro del programa de la UPV Encuentros de Arte y Cultura, que se desarrolla hasta finales de julio. Yebra da clase en una sala del Palacio Euskalduna de Bilbao tres horas diarias, durante seis días, a 25 personas, entre ellas sólo un varón.

Pregunta. ¿Esa proporción de mujeres y hombres es similar a la de cursos anteriores?

Respuesta. Siempre por el estilo. Vivimos en un país en que la idea es que los chicos jueguen al fútbol, lo que en países como Francia o Rusia no sucede.

P. ¿Qué enseña?

R. Que antes de ser bailarines tienen que ser personas y que el ballet no es sólo eso, sino que comprende el mundo del arte y la cultura. Hay que crear una afición por otras artes, música, pintura,...

P. ¿Por la interpretación?

R. Claro, un bailarín es un actor. Ésa es una de las incongruencias de la danza: el ballet clásico, a día de hoy, es 100% un deporte de élite, porque físicamente somos deportistas haciendo piruetas. Eso es lo que se premia, pero no es esa nuestra finalidad, sino crear y transmitir emociones.

P. ¿Qué valora en un alumno?

R. La inteligencia. No quiero autómatas. Quiero personas que se cuestionen las cosas.

P. ¿Ha evolucionado en estos cuatro años como profesor?

R. Como profesor y como bailarín. Esto lo hago porque me sirve para algo. Como bailarín, aprendo que todo lo que me decían cuando me enseñaban a mí tenía una explicación. Es como ser padre: cuando lo eres te das cuenta de que si los tuyos te decían "no hagas esto", era por algo.

P. Usted imparte un curso muy amplio: danza clásica.

R. Ballet clásico.

P. ¿No es lo mismo?

R. No, la danza es más extensa. Abarca todo, la contemporánea, la de carácter,... la palabra ballet se refiere sólo a la clásica. Este error sólo ocurre en este país. A mi me han llegado a equiparar a Nacho Duato y eso es como comparar un cantante de ópera con uno de pop. En España se cometen esos tremendos errores con la danza.

P. Usted siempre ha sido muy crítico con la situación de la danza en España.

R. En todos los países de la Unión Europea hay compañías de ballet apoyadas por el Estado, excepto aquí.

P. ¿Qué habría que hacer?

R. Es necesaria una apuesta institucional por el ballet. El Estado, además de carreteras, también debe preocuparse por el nivel cultural de las personas.