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Reportaje:

El escándalo en el banquillo

Juicio a dos prostitutas de Toulouse que se inventaron una trama de rituales sadomasoquistas con políticos

Patricia y Fanny se inventaron en el verano de 2003 una historia truculenta protagonizada por nada menos que el antiguo alcalde de Toulouse, Dominique Baudis, el primer ministro británico, Tony Blair, mezclados con las prostitutas asesinadas por Patrice Alègre (un sádico proxeneta, que se convirtió en asesino en serie durante la década de los noventa con la protección de miembros de la policía).

Patricia, cuyo verdadero nombre es Christèle Bourre, y Fanny, que se llama Florence Khelifi, tenían un amigo más fantasioso y fabulador que ellas: Djamel, un travestido de origen haitiano de 23 años, que aseguraba ser hijo natural de Michael Jackson. Los tres, mientras se celebraba el juicio de Alègre, que cada día desvelaba más horrores, decidieron añadir material truculento al sumario: denunciaron ante el juez la celebración de sesiones sadomasoquistas en las que ellas mismas eran violadas y se cometían asesinatos rituales y en las que participaban jueces, policías y políticos, entre otros el alcalde de Toulouse e incluso Blair. Convencieron a Djamel para que testificara y éste añadió aún más fantasías a la historia. La vida de Baudis quedó marcada por la infamia, porque algunos medios de comunicación dieron por buenas las acusaciones. Presentó evidencias que le situaban a cientos de kilómetros de los hechos y ha sido totalmente exonerado.

El jueves tuvo lugar en Toulouse el juicio contra las dos ex prostitutas acusadas de falso testimonio. Pueden ser condenadas hasta a siete años de cárcel. Faltaba Djamel, que murió asfixiado en 2003 en una clínica psiquiátrica. Según el sumario, el travestido había sido "manipulado" por Patricia para sustentar las acusaciones de las dos prostitutas. Ante el tribunal Fanny se hundió, pero Patricia se mostró combativa: "Tengo el cuerpo cubierto de cicatrices; me rompieron los dientes y me cortaron el sexo", le dijo al juez. "No se puede decir que no he sido una víctima".

Christèle Bourre dio también algunas claves sobre cómo la fantasía alcanzó aquellas cotas delirantes. "En algunos momentos", explicó, "yo ya no podía más, pero entonces les daba a los periodistas lo que ellos deseaban oír". Sobre Djamel, Patricia fue aún más explícita. "Yo le incité a que se hiciera la víctima del caso. El resto es un delirio que se inventó él solito".

Fanny (a la izquierda) y Patricia, en diciembre de 2003 en los juzgados de Toulouse.
Fanny (a la izquierda) y Patricia, en diciembre de 2003 en los juzgados de Toulouse.AFP

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