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XV JUEGOS MEDITERRÁNEOS

Algo más que un banco de pruebas

España aspira a superar a Francia e Italia con un plantel en el que brillan un puñado de figuras

Los Juegos Mediterráneos nacieron en 1951 por iniciativa del egipcio Mohamed Taher, doctor en Ciencias Políticas y primo del entonces rey Faruk. Como vicepresidente del Comité Olímpico Internacional, supo intuir que esos Juegos Regionales, al estilo de los Panamericanos o los de la Commonwealth, permitirían a países como el suyo, de mucho menor nivel deportivo, foguearse con los más potentes. Así se plantearon desde su primera edición, celebrada en Alejandria, como homenaje a su fundador, y así siguen, porque las diferencias entre las grandes potencias y los más débiles son insalvables, aunque la mayoría de estos puede aspirar incluso a alguna medalla, algo impensable en unos Juegos Olímpicos. España, para quien hace años este torneo venía a significar su techo de gloria, los usa ya desde su salto cualitativo en 1992, al igual que hicieron desde el principio Italia y Francia, como rampa para jóvenes y sólo apoyados en contadas figuras consagradas.

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En Almería se citan algunas y con especial interés en las filas españolas, pues el anfitrión, 50 años después de serlo Barcelona en 1955, quiere ganar por primera vez a italianos y franceses. España, jugando en casa, ha apostado más fuerte para ganar esta vez. Sólo fue segunda en una ocasión, en Latakia (Siria), en 1987. En la última edición de 2001, en Túnez, acabó tercera con 33 oros y 102 medallas totales, las mejores cifras de siempre, junto a las 110 de Atenas, 10 años antes.

Ahora, el asalto al liderato es posible. Ayer empezó la cosecha de medallas en natación, encabezada por Erika Villaécija. Pero la natación estuvo dominada por Francia. En las primeras finales, disputadas ayer, el equipo francés cosechó cinco oros. El español, ninguno. Laure Manaudou demostró que va camino de hacer historia en los próximos Mundiales. La campeona olímpica de 400 metros libres, con 18 años, estableció un tiempo de 4m 08,90s, récord del campeonato por tres segundos. Media hora antes cosechó el oro en los 50 espalda. Su contrincante española en las distancias largas, Erika Villaécija, dio síntomas de no estar a punto del todo para el 400 en este momento de la temporada: quedó cuarta. Mucho mejor nadó Erika el relevo del 4x100, pero su esfuerzo en la penúltima posta sólo sirvió para conquistar una plata, por detrás del cuarteto de francesas. Asimismo lograron la plata David Ortega en 50 espalda y Sara Pérez en 100 braza. Atraparon el bronce Brenton Cabello en 200 estilos y Mercedes Peris en 50 espalda.

España tendrá más posibilidades en atletismo, que se inicia el día 29. España también apostará fuerte en gimnasia, con el reciente campeón de Europa Rafael Martínez, pese a las bajas femeninas por lesión, o en yudo, con el equipo olímpico al completo liderado por Isabel Fernández. Y en balonmano, baloncesto, voleibol y waterpolo, aunque con equipos jóvenes frente a rivales siempre difíciles, salvo Serbia, que no ha podido encontrar un equipo competitivo en baloncesto. Pero no es éste un hecho nuevo, porque cuanto más profesionales son los deportes más complicado resulta a las federaciones arrancar a los jugadores para empresas regionales sin más.

David Ortega en el momento de la salida de la final de 50 metros espalda, en la que ganó la plata.
David Ortega en el momento de la salida de la final de 50 metros espalda, en la que ganó la plata.EFE

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