Futbolista blando, entrenador duro
Mendilibar, del Eibar, dirigirá al Athletic en una apuesta personal del presidente Lamikiz
"Como futbolista fui un membrillo y por eso me gustan los jugadores con carácter, que aprovechen su cualidades y, por lo tanto, no acaben siendo unos futbolistas membrillo". José Luis Mendilibar (Zaldibar, Vizcaya, 44 años), nuevo entrenador del Athletic para los próximos tres años (con resoluciones de contratos pactadas por cada temporada), tiene claras las primeras lecciones de su manual. Nada de membrillos, nada de objetivos inmediatos y ningún miedo a los retos. Mendilibar jugó seis años en el Athletic, como extremo o interior izquierdo, pero jamás debutó en el primer equipo. Al final deambuló por el Logroñés y el Sestao, y colgó las botas en el Lemona, un pequeño club habituado a los play off de ascenso a Segunda. Luego estuvo seis años como entrenador del fútbol base en el Athletic donde llegó a entrenar al Bilbao Athletic, al Baskonia y al Aurrera de Vitoria, tres equipos filiales. Entre medias, tuvo desavenencias profundas con José María Amorrortu, director de Lezama, entonces, que aceleraron su salida del club y se curtió en Lanzarote, con dos play off de ascenso perdidos y, finalmente, en el Eibar donde consiguió jugar el partido más importante de la historia: el del posible ascenso a Primera División, finalmente frustrado. El Athletic ha pagado al club armero 150.000 euros por la rescisión de su contrato.
"Cuando llegué a Eibar lo primero que me recordaron", afirmaba ayer en conferencia de prensa, "fue que el Eibar era el equipo decano de Segunda División y que el año anterior, con Amorrortu, se había hecho una temporada magnífica. Es decir, que no fuera yo quien bajara al Eibar de categoría. Nunca he tenido miedo a los retos, siempre he sido consciente de que sabía hacer este trabajo aunque no hasta dónde podía llegar".
Mendilibar es el entrenador de Lamikiz, que ha valorado su capacidad para hacerse a sí mismo en equipos pequeños y que le permite, un año después de su triunfo electoral, tener a su propio técnico y no al heredado de la anterior directiva, Valverde.
Curiosamente, Lamikiz huyó de marcar cualquier objetivo o ambición en la temporada, algo de lo que alardeó la pasada campaña con Valverde, "soñando" con dos finales y una clasificación europea. Ayer, Mendilibar reclamó su derecho a "ir partido a partido", cuando apenas cinco meses atrás Lamikiz, en una entrevista a EL PAIS señalaba: "No me gustan los entrenadores que sólo se plantean ir partido a partido".
Quienes conocen a Mendilibar, acuerden o discrepen con él, coinciden en reafirmar su personalidad y sus fuertes criterios futbolísticos. Como la nueva hornada de técnicos, es implacable en los entrenamientos y suave en las mesas públicas. "No me preocupa lo que se ha hecho, sino lo que hagamos nosotros", dijo ayer en referencia al listón marcado por Valverde. El presidente callaba.
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