El vuelco de un camión provoca cuatro horas de caos circulatorio en la capital
La M-30 soportó más de 20 kilómetros de atascos en plena hora punta
Los madrileños sufrieron ayer un enorme caos circulatorio de entrada a la capital durante cuatro horas. El vuelco de un camión de reparto de productos lácteos justo al comienzo de la hora punta en la M-30, a la altura del nudo de Costa Rica, sumió a los miles de madrileños que acuden a trabajar a la ciudad en un atasco que no concluyó hasta media mañana. Los problemas repercutieron en todas las vías de acceso. La peor parte se la llevó el tercer cinturón, que registró retenciones superiores a los 20 kilómetros, según un portavoz del Ayuntamiento de Madrid.
El accidente que provocó el caos de entrada a la capital se produjo a las 6.45 en la M-30, a la altura del kilómetro 2,700 de esta vía (en el nudo de Costa Rica). Dos camiones chocaron en los carriles centrales entre sí, lo que provocó el vuelco de uno de los vehículos afectados (con un peso de 12.000 kilos), con el consiguiente desparrame de toda la carga por la calzada. Cajas de yogures, tetrabriks de leche y demás productos lácteos quedaron esparcidos por los carriles. El conductor fue atendido de heridas y contusiones de carácter leve por los facultativos del Samur-Protección Civil. Fue dado de alta en el mismo lugar del siniestro.
Los primeros en acudir fueron los agentes de la Policía Municipal destinados al servicio de noche de la unidad de Ciudad Lineal, que cortaron el tráfico y lo desviaron por los carriles paralelos que permiten la salida por la avenida de Pío XII. Algunos conductores avispados aprovecharon la coyuntura y cargaron sus vehículos de productos lácteos. Para ello aparcaron sus coches y furgonetas fuera de la calzada y se dedicaron a coger todo lo que pudieron. A partir de ese momento llegaron los problemas de tráfico, de los que no se repuso la capital hasta las once de la mañana. "El accidente se ha producido a la hora más crítica, justo cuando los conductores ya están en sus coches y están entrando a la capital, por lo que se ha producido un efecto embudo", señalaron fuentes municipales.
Los vehículos que entraban a Madrid se toparon poco a poco con una retención de tráfico que les impedía avanzar, ya que la M-30 estaba cortada en sentido hacia la autovía de Burgos (A-1). Eso motivó que todas las calles de acceso hacia esta vía de circunvalación también quedaran colapsadas. Moverse por la zona de Ventas y por el acceso por el eje de O'Donnell suponía estar con el motor al ralentí durante muchos minutos antes de conseguir ganar unos metros. La situación empeoró aún más cuando, a las 7.30, una conductora sufrió otro accidente a un kilómetro de distancia.
Un total de 30 agentes de la Unidad de Tráfico de la Policía Municipal relevaron a sus compañeros en el lugar del primer accidente e intentaron dirigir el tráfico. Las pantallas de aviso de la M-30 anunciaban los problemas circulatorios, pero ya era tarde para la mayoría de los conductores porque se habían visto atrapados en el caos.
El principal problema al que se enfrentaron los agentes para resolver el accidente es que necesitaron una grúa de los bomberos para levantar el vehículo pesado antes de proceder a su retirada. La grúa se hallaba relativamente cerca, en el parque de Manuel Becerra, pero a esa hora el acceso era prácticamente imposible. Los coches no avanzaban ni un metro, lo que impedía que este camión de grandes dimensiones alcanzara su objetivo. Además, los carriles de salida hacia el eje de Pío XII no eran capaces de absorber todo el tráfico.
Efecto dominó
Los bomberos trabajaron a fondo y lograron limpiar parte de la zona con bastante rapidez, según fuentes municipales. También acudieron operarios del servicio de limpiezas para asear la zona y retirar la carga que había en la calzada. Los agentes lograron abrir un primer carril sobre las ocho de la mañana, lo que permitió que el caudal de coches pasara lentamente a través de esta pequeña espita.
El centro de pantallas relataba en ese momento los problemas de la capital. La M-30 sufría retenciones entre el nudo de Costa Rica y Puerta de Hierro, lo que supone unos 20 kilómetros de retenciones. Y con ellas las principales arterias de la capital que nacen, mueren o atraviesan la vía de circunvalación: las avenidas de América y Badajoz, la calle de Alcalá, el eje de O'Donnell, Doctor Esquerdo y Conde de Casal, las avenidas de la Albufera y de Ciudad de Barcelona, Embajadores, Marcelo Usera, el paseo de Santa María de la Cabeza, la plaza de Fernández Ladreda, la glorieta del Marqués de Vadillo, la avenida de Portugal, el puente de los Franceses y la desviación de la autovía de A Coruña (A-6).
Y, lógicamente, se produjo el efecto dominó. Como las vías de entrada a la capital estaban colapsadas y los conductores no llegaban a sus destinos a las horas previstas, los atascos llegaron hasta la vía de circunvalación M-40 y las autovías radiales en los sentidos de entrada a Madrid. De esta forma, el ramal que une la M-40 y la M-30 y la desviación de la autovía de Andalucía hacia ambas vías se convirtieron en una trampa para los conductores.
"Por más que intentabas salir del atolladero, te dabas cuenta de que no había ninguna salida porque estaba todo atestado de coches", señaló Juan Sánchez, un afectado por el colapso circulatorio. "Sientes una impotencia total, y máxime cuando el político de turno seguro que no sufre nada de esto porque va en su coche oficial", añadió. "Todo esto ocurre cuando Madrid está atestado de obras y no hay posibilidad de evitar estos atascazos. Hoy [por ayer] hemos llegado tarde a trabajar", comentó una conductora.
Retenciones en Moratalaz
La Dirección General de Tráfico (DGT) informaba sobre las nueve de la mañana, a través de las emisoras de radio, de que la autovía de A Coruña tenía problemas desde Majadahonda para entrar a la capital. Igual ocurría con la autovía de Valencia (A-3), una carretera que nunca suele registrar problemas de entrada, pero que ayer tenía fuertes retenciones en Moratalaz.
A las 9.15 quedó restablecida la circulación por los dos carriles en el punto donde se produjo el accidente. La ciudad tardó aún cerca de dos horas en recuperar la normalidad. "El atasco suele acabar sobre las nueve y media de la mañana en un miércoles normal en el que hay colegios. Pero hoy, circular por toda la zona centro ha sido un problema para los automovilistas hasta las once de la mañana", según señaló Javier Leralta, portavoz del centro de pantallas del Ayuntamiento de Madrid.
Hasta las once de la mañana, el Arco de la Victoria, Santa María de la Cabeza, la zona de Legazpi (glorietas de Córdoba y de Cádiz) o el eje Prado-Recoletos eran las principales incidencias a las que se enfrentaban los conductores, según informaba el centro de pantallas.
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