Detroit no se rinde

Los Pistons de Detroit se negaron a entregar sus cinturones de campeones de la Liga profesional norteamericana de baloncesto (NBA) y vencieron a los Spurs en San Antonio en el sexto partido de la final y forzaron de esa manera que, por primera vez en once temporadas, sea preciso disputar el séptimo para decidir la consecución del título. En 1994, precisamente, los Rockets derrotaron a los Knicks de Nueva York en Houston. Así que de nuevo será en el Estado de Texas, en el que se dice que todo es más grande, donde se decida el campeonato después de que la garra y la veteranía de los Pistons hayan impedido de momento la victoria de los Spurs.

Tras perder el quinto partido en su cancha por culpa de un triple en la prórroga, los Pistons sacaron a relucir su espíritu guerrero, de sacrificio, de supervivencia, y demostraron una fuerza mental que se resume en su líder espiritual, el tormentoso Rasheed Wallace. Con una falta técnica en la primera parte y cargado de personales en el último cuarto del envite, aguantó como pudo a Tim Duncan en un duelo para enmarcar. Wallace evitó que Duncan fuera una amenaza constante evitando que el ataque de los Spurs pasara de manera fluida por sus manos.

Los Pistons vencieron por que fueron superiores en todo. Sobresaliente fue la ejecución de su tiro exterior, con Billups creando jugadas para el equipo y Hamilton sacando su mejor juego sin cometer estúpidas pérdidas del balón.

En consecuencia, Detroit intentará convertirse en la próxima madrugada española en el primer equipo de la historia de la NBA en ganar el sexto y eL séptimo partido de la final en parqué ajeno. Una hipótesis contra la que no se debe apostar después de los visto por parte de este equipazo durante los dos últimos años.

Al 'draft', con 19 años

El sindicato de jugadores de la NBA y los propietarios de las franquicias llegaron el martes por la noche a un acuerdo según el cual habrá un nuevo convenio colectivo dentro del marco laboral a partir de la próxima temporada, lo que despeja la amenaza de una huelga.

El polémico intento del comisionado, David Stern, de subir el límite de edad de los 18 a los 20 años para entrar en el draft se quedó a medio camino. Los jugadores deberán tener 19 o haber pasado una temporada fuera del colegio para poder incorporarse a la NBA. En cualquier caso, la mayoría de los de instituto en el draft ya tienen los 19 años exigidos por Stern.