Dos películas dirigidas por mujeres llenan de intimismo Cinema Jove
La sección oficial de Cinema Jove vivió ayer una jornada dedicada al cine hecho por mujeres. Las dos únicas películas de la competición dirigidas por féminas entraron en liza para dar un giro hacia el intimismo, muy lejos del frenético ritmo que marcaba el certamen hasta ahora.
La alemana Der Wald vor Lauter Bäumen, de Maren Ade, es una punzante reflexión sobre la soledad a través de los ojos de una profesora que llega a Karlsruhe para trabajar en un instituto desde su pueblo natal. Filmada con una voluntaria tosquedad, la película de Ade transforma a su protagonista de víctima de los jóvenes estudiantes en verdugo de sus vecinos y conocidos, hasta convertirla en una especie de monstruo cotidiano movido y empujado por la soledad. La propuesta de la joven directora alemana, tan sólida como insólita, demuestra que, para hacer buen cine, no hacen falta grandes presupuestos y sí buenas ideas.
Tampoco maneja un amplio presupuesto Bettina Oberli en Im Nordwind, la representación suiza en el concurso. Pero, al revés que su homónima germana, la directora helvética sólo consigue sacar de los conflictos de una familia de clase acomodada de Zurcí un buen puñado de tópicos. Y eso que el filme arranca bien, con la decisión del cabeza de familia de ocultar su despido cuando la situación económica parece desmoronarse, pero su desarrollo es tan previsible que, a mediados de proyección, es fácil adivinar que Oberli va a decantarse por una narración al uso sobre problemas familiares antes que aplicar el bisturí en un retrato descarnado de la feliz clase media de su país.
La sección oficial de Cinema Jove concluye mañana.
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