Con el voto en los talones
Un empleado de banca del PSdeG y una concejal del PP se disputan el escaño de Pontevedra con el que Fraga obtendría su quinta mayoría absoluta
"Para que el cociente número 11 del PP en Pontevedra supere los 21.068,6 votos del cociente número 8 del PSdeG-PSOE tendría que obtener más de 21.068,6 x 11 = 231.755 votos. Como obtuvo 223.588 en las urnas, le faltan 8.167. Pero, por cada voto que obtenga el PSdeG del censo de emigrantes, el PP necesita 1,375 (una proporción de 11 a 8). Suponiendo que haya unos 30.000 votos y que el PP se lleve el 66%, serían 19.800. Menos los 8.167, quedarían 11.633. Repartidos en la proporción 11/8, serían 6.734 frente a 4.898. Es decir, que si el PSdeG tiene 4.898 votos o más, mantendría el escaño".
En las últimas horas, periodistas, y sobre todo políticos, manejan fórmulas como ésta para intentar escudriñar las posibilidades de que el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) ratifique o rectifique la pérdida de la mayoría absoluta del PP en el Parlamento gallego.
Además de la parte mayoritaria de la sociedad gallega que se ha inclinado por el cambio, el principal interesado en que los emigrantes ratifiquen la decisión de los residentes es José Manuel Gallego Lomba, candidato socialista número 8 por Pontevedra y, de momento, el diputado que completa los 25 que ha obtenido su partido.
Manel Gallego, de 52 años, empleado de banca, secretario general de la agrupación socialista de Vigo y miembro del Consello Nacional del partido al que se afilió en 1977, se define como "diputado, de momento", pero está convencido de que lo seguirá siendo a partir de la próxima semana, cuando se recuenten los votos del CERA.
"Para perder ese escaño, tendría que suceder una hecatombe. En las pasadas elecciones autonómicas, el PP obtuvo el 60% de los votos y nosotros, en un momento muy bajo, el 24%. Pues ahora ni esos resultados les bastarían para obtener el escaño", asegura Gallego, que se estrenaría como parlamentario.
Tampoco le da mucho crédito a las afirmaciones de Manuel Fraga, quien aseguró en la noche de las elecciones que le habían "certificado" que el "70% de los votos que salieron de allí [Sudamérica] son para el PP".
"No sé que le han podido certificar porque, que se sepa, el voto es secreto. Fue una salida de tono más de Fraga", comenta el diputado provisional en espera de ser efectivo.
Manel Gallego niega estar pendiente de la calculadora, aunque reconoce que "todos me preguntan cómo estoy, y todos en el partido me garantizan que no va a cambiar nada". Pese a la semana de incertidumbre añadida que le supone el voto emigrante, Gallego no cuestiona la validez del sistema electoral del CERA.
"Es un sistema peculiar, pero las peculiaridades y las reglas son para todos. Yo respeto totalmente los votos de los emigrantes. En cuanto a si hay que cambiarlo, preferiría darle mi opinión a partir del próximo lunes", ironiza.
Rosa Oubiña Solla también se estrenaría como diputada, pero su acceso al escaño es más improbable, como reconoce la propia candidata del PP: "Somos corredores de fondo, vamos a esperar a lo que pase el lunes. Es difícil pero no imposible. Puede ser como puede no ser". Rosa Oubiña, pese a sus 42 años, tiene efectivamente un largo recorrido en la política, hasta el punto de constituir su profesión. Teniente de alcalde de Cambados (Pontevedra), ha sido concejal con dedicación exclusiva desde 1991, y quizá por eso ve normal tener que esperar para que se aclare no sólo su futuro parlamentario, sino el del PP como partido de gobierno. "La vida política tiene estos sobresaltos", se resigna.
La concejala cambadesa, al contrario que el bancario vigués, sí ha hecho campaña en Sudamérica, y su nombre figura entre los cargos municipales que han realizado visitas a los colectivos de emigrantes que la oposición ha denunciado como venta de favores por votos.
"Vamos todos los años, aunque yo llevaba tres sin ir. Los emigrantes son gente encantadora, y te reciben muy bien, independientemente de quien seas. La verdad, encontré Argentina bastante peor que la última vez". Rosa Oubiña tampoco está pendiente de la calculadora, "anda más el alcalde, que entiende de eso", asegura, "lo que sí haré es ponerle una vela a la Virgen de la Valvanera, como me recomendó un vecino".
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