La palabra rimada se adueña de la última sesión del Sónar
Los organizadores del Sónar habían puesto el acento en el retorno de los instrumentos y en la recuperación de la voz humana en un entorno electrónico. En consecuencia con ello, la noche del sábado estuvo protagonizada por formaciones como De La Soul, MIA, Mu, LCD Soundsystem y demás propuestas, que rompieron el perfil tradicionalmente techno de la última jornada del festival. Richie Hawtin, que no actuó en el escenario central, fue uno de los pocos vínculos del Sónar con sus tradicionales noches del sábado. El festival cerró ayer sus puertas en Barcelona tras haber contabilizado 87.000 visitas a lo largo de tres días.
Era para verlo. Mientras en un escenario De La Soul reivindicaba el hip-hop como uno de los motores de la evolución musical y actuaban frente a una multitud, en el descomunal hangar contiguo era LCD Soundsystem el que evidenciaban que en el Sónar no sólo se baila con techno impenitente. Encima De la Soul se trajo consigo a Kanye West, uno de los grandes del hip-hop en EE UU. De La Soul hizo un concierto espléndido que convirtió su escenario en un campo abonado a la euforia de los miles de espectadores.
Pirueta
De forma paralela, LCD Soundsystem apretó las clavijas de su música bailable y logró que un público tradicionalmente abonado al techno olvidase por unas horas su clasicismo y se acogiese a la música áspera que combina funk y rock de la formación norteamericana. Una pirueta de mucho cuidado. Como la que luego le tocó a Sólo Los Solo, por vez primera en el Sónar colocados en un horario competitivo. Dada la concentración de extranjeros que no les conocen, su actuación no se vio seguida por tanto público como otras en su mismo escenario, pero Sólo los Solo salió a comerse el mundo presentando sólo temas de su nuevo disco.Y para placer, la sensacional actuación de DJ Yoda, capaz de hacer scratch sonoro y visual con imágenes, poner a una secuencia de La guerra de las galaxias la banda sonora del filme Shaft, Las noches negras de Harlem y montar una orgía en la que imágenes y música eran un todo. Cultura popular manipulada en directo y en tiempo real.
¿Más cultura popular? La de MIA y sus ritmos flexibles de jungla urbana. Otro concierto estupendo para recordar de este Sónar, que abrió noche con la japonesa Mu convertida en una gimnasta a tiempo completo mientras cantaba disco-punk descacharrado. Palabras, ritmos e instrumentos. Hip-hop y rock. La electrónica se abre a otros mundos y el Sónar lo ha vuelto a contar.
Babelia
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