"Me apuñalaron a los 13 años"
Marcello Burricks, 19 años, estruja la mano del periodista para dejar constancia de su fortaleza a pesar de no ser muy alto ni musculoso en comparación con muchos de sus compañeros. Sonríe pícaramente cada vez que recuerda la sordidez de su pasado. A los 13 años fue apuñalado en una pelea callejera y a los 14 se peleó con un profesor y fue expulsado del colegio. "Tenía muy mal carácter de pequeño. Había mucha violencia y gansterismo. No teníamos nada. Éramos muy pobres", susurra, tratando de superar su timidez, el joven mestizo Marcello, cuya familia fue expulsada por los blancos racistas de la comunidad de pescadores en que nació, en Simon's Town. Su padre era pescador y su abuelo cazador de ballenas.
"Al principio, odiaba navegar. Conocí la fundación para jóvenes Izivungu Vungu y me di cuenta que me gustaba". Hoy, su abuelo, Edward Bernardo, a quien le cortaron las piernas por una artritis, está orgulloso de su nieto Marcello, que se define "fuerte y flexible" para ejercer de coffee [izar y arriar las velas accionando una manivela] del Shosholoza y está convencido de que, cuando regrese a Suráfrica en 2007, le chocará la mano al presidente del país. Tal vez por ser el más joven, es el más optimista: "Tenemos un barco nuevo y podemos ganar" a pesar de que el equipo sólo cuenta con dos tripulantes que han participado anteriormente en el trofeo: Paul Stanbridge y Jowo Swain y a pesar de que los suaves vientos de Valencia nada tienen que ver con los potentes vientos surafricanos.
Burricks está aprendiendo castellano. Quiere algún día participar en unos Juegos Olímpicos y es un admirador del Liverpool y del Real Madrid.
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