CiU, ERC e ICV exigen que el Gobierno central no modifique la Carta
Trias asegura que la Ley de Barcelona se notará en la ciudad
Que el Gobierno central no toque nada del borrador de la Carta Municipal que ha conseguido el acuerdo del tripartito del Ayuntamiento de Barcelona y CiU. Ésa idea fue defendida ayer con firmeza por Jordi Portabella (ERC) e Imma Mayol (ICV), los socios del alcalde de Barcelona, Joan Clos, en el debate del plenario sobre la Carta Municipal de Barcelona. Xavier Trias, presidente de CiU, tiene el mismo criterio que ERC e ICV en ese punto.
Un debate en el que, finalmente, Alberto Fernández Díaz, presidente del grupo del Partido Popular, optó por no votar. El resto de los grupos políticos interpretaron su abstención enmarcándola en la coyuntura de las elecciones gallegas de mañana. "Estoy seguro de que dentro de unas horas votaría de otra forma", le dijo Clos al jefe de filas del PP.
Mayol y Portabella insistiero en que el texto del borrador de la Carta resultante de la negociación entre los partidos políticos del Ayuntamiento no debe ser tocado por el Ministerio de Administraciones Públicas cuando elabore el proyecto de ley que deberá aprobar posteriormente el Congreso. El texto del acuerdo municipal ha introducido modificaciones en el documento que salió del citado ministerio. "En el ministerio conocen los cambios que se han introducido, porque eran informados, pero el texto tiene que volver allí", afirmaban fuentes del consistorio bien conocedoras de las dificultades que se han producido en los nueve meses de negociación en un tema concreto: la financiación. No es que las modificaciones introducidas en Barcelona a la redacción sean radicales.
Los cambios en la redacción original dejan la puerta abierta para que en el futuro la ciudad pueda participar directamente de los impuestos generales en mayor cuantía. Se hace en un anexo vinculándolo al desarrollo del futuro Estatut, pero también en un artículo (el 54) que se refiere a la participación del municipio de Barcelona en los tributos del Estado. "Reclamamos que el Gobierno central dé entrada al texto que hoy aprobamos porque es la garantía del consenso y el respecto a esta Administración. En definitiva, reclamamos que el liderazgo municipal sea tramitado directamente en las Cortes", afirmó Jordi Portabella (ERC).
Una idea muy parecida desgranó Imma Mayol respecto a la necesidad de que el Gobierno no introduzca ningún cambio en el texto: "Pedimos que la Carta que se apruebe en el Congreso sea la que aprobamos hoy". Ni José Cuervo, concejal de Presidencia y que ha llevado toda la negociación, ni Clos se refirieron en sus intervenciones a la traslación total y sin cambios del texto aprobado ayer en el plenario al futuro proyecto de ley.
Mayol hizo una reflexión sobre el problema que representa que la ciudadanía no se interese por el debate de la Carta y del Estatut. "Mucha gente cree que son cosas de políticos, y no es así porque la aplicación de la Carta y del Estatut se notará en la vida diaria de los ciudadanos", afirmó.
El debate de la Carta de ayer fue un tanto extraño. Por primera vez se rompía el tradicional bloque del equipo de gobierno por un lado y la oposición por otro. Hasta se lanzaron algunas florecitas, en especial entre socialitas y Xavier Trias. También hubo alusiones (las hizo Cuervo) al presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, por su "compromiso" de aprobar la ley. Incluso Alberto Fernández Díaz no utilizó su habitual tono áspero en su intervención para no votar la Carta. Aunque horas después, en el pleno ordinario, Clos y Fernández Díaz protagonizaron un cruce de gritos a propósito del Carmel que acabó con la advertencia del alcalde de que expulsaría de la sala al líder del PP.
Trias se alineó con Clos para defender el acuerdo alcanzado con el texto de la Carta, pero fue crítico con el sistema seguido para llegar al pacto: "No contaron con nosotros hasta el final, y las formas importan. Sobre todo porque saben que para defender a Barcelona nos tendrán siempre al lado". Todos coincidieron en que la Carta reconoce el liderazgo municipalista de Barcelona, algo que puede beneficiar al resto de las ciudades de España. "Lo que inspira la Ley de Barcelona es el deseo de servir mejor a los ciudadanos. Esa Carta, además, se hace con lealtad absoluta al proceso de negociación del nuevo Estatut entre el Gobieno central y la Generalitat", señaló Clos.
El alcalde agradeció la colaboración de todos los grupos, "hasta la abstención del Partido Popular como gesto de aproximación". Al parecer, Clos no dio crédito al argumento de Fernández Díaz, quien atribuyó su abstención a que la Carta se ha "rebajado".
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