Una aurora en el hemisferio sur de Marte
Las auroras boreales son un fenómeno relativamente corriente en la Tierra, en las latitudes altas, cuando partículas cargadas (electrones, protones o iones) se precipitan a lo largo de las líneas del campo magnético terrestre. También se conoce el fenómeno en Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, todos ellos planetas con un campo magnético intrínseco. Pero Marte carece del mismo, aunque recientemente se han descubierto allí anomalías magnéticas en la corteza, probablemente remanentes de un antiguo campo magnético.
Sin embargo, esta carencia no priva a Marte de auroras, o al menos de una que fue detectada en agosto del año pasado -y ahora dada a conocer tras el análisis exaustivo de los datos- por la nave europea Mars Express, en órbita marciana. Pero es una aurora de un tipo nunca visto hasta ahora. El fenómeno fue observado por la noche en el hemisferio sur del planeta, abarcando una zona de emisión de unos 30 kilómetros de longitud y unos ocho de altura. La emisión, según los expertos, indica que se produce una excitación en la atmósfera por los flujos de partículas cargadas, probablemente electrones, explica la ESA. Mediante comparaciones con los datos de la nave de la NASA Mars Global Surveyor acerca de las anomalías magnéticas de la corteza de Marte, los científicos concluyen que las emisiones de la aurora corresponden con el área donde dichas anomalías se localizan.
También en Venus, planeta igualmente carente de campo magnético intrínseco, se producen auroras en forma de áreas brillantes y difusas de forma e intensidad variables. Estas auroras venusianas se generan por el impacto de electrones originados en el viento solar que se precipitan en la atmósfera del planeta en la cara nocturna.
Despliegue del radar
Los responsables de Mars Express tienen previsto culminar esta semana el despliegue del segundo mástil, de 20 metros de longitud, del radar Marsis de la nave. El primero se extendió el mes pasado. El principal objetivo del Marsis es buscar el rastro del agua en el subsuelo de Marte.
La misión llegó al planeta rojo en enero de 2004 y estaba previsto desplegar las antenas del radar pocas semanas después. Sin embargo, los expertos advirtieron entonces que la maniobra podía ser peligrosa para la seguridad de la nave si la desestabilizaba. Así, se decidió emprender análisis complementarios antes de dar luz verde al despliegue, que se produce ahora, un año después de lo planeado.
El tercer mástil de la antena, de siete metros de longitud, se extenderá el próximo lunes. Después habría una periodo de pruebas del radar de tres semanas de duración antes de empezar el trabajo científico con él.
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