CUADERNO DE BITÁCORA
- Los muertos. Casi a diario aparecen noticias sobre irregularidades en el voto emigrante, con denuncias desde la propia emigración sobre lo fácil que resulta manipular y usurpar el voto. El diario La Voz de Galicia y el semanario A Nosa Terra han publicado estos días reportajes con testimonios de escándalo. En foros de la red hay apuestas algo macabras sobre cuántos difuntos votarán esta vez. Incluso algún politólogo se ha atrevido a afirmar que los muertos tienden a ser conservadores. De ahí quizás, el desliz atribuido a un alto cargo de la Xunta que hace algún tiempo se preguntó en público: "¿A ver qué futuro dejamos a nuestros antepasados?".
- El 'handicap'. Este tipo de lapsus, dichos con el corazón en la mano, contienen grandes verdades. En las filas del Partido Popular todavía se alimenta la esperanza de una reacción favorable y que permitiría recuperar para la noche electoral la brillante diagnosis del alcalde de Muxía: "Ganamos pese a tener el handicap en contra". Lo mismo que los difuntos votantes. Que también tienen el handicap en contra, y aún así consiguen atravesar el océano y hacer llegar la papeleta a la urna. En cuanto a la presunta filiación conservadora de estos animosos difuntos, yo no sé qué estadísticas se están manejando. Que se sepa, todavía las empresas demoscópicas no se han adentrado en ese campo de potencialidad infinita. Finalizado el plazo para hacer públicas las encuestas de opinión de los vivos, podrían permitirse las de los antepasados. ¡Pulsómetro en La Chacarita de Buenos Aires! ¡Barómetro electoral en camposanto de La Habana!
- El secuestro. De votar los muertos, deberían votar todos, y ya veríamos. Basta recuperar el trepidante discurso que en la Academia gallega pronunció Antón Villar Ponte, O sentimento liberal na Galiza, un valeroso recorrido de la mano de los galaicos luchadores de la libertad, para darse cuenta del secuestro a que ha estado sometida la memoria democrática en Galicia. Por cierto, ésta es la única comunidad donde la Administración ha rechazado por dos veces el registro de los estatutos de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. En fin. Los que no pueden votar de ninguna forma, como ha denunciado la Asociación de Titulados Náutico-Pesqueros, son los miles de marineros gallegos que navegan por los mares del mundo. Con tanto satélite y todo, lo tiene más difícil para votar un marinero que un difunto. Y es que ya lo dijo otro luchador, Joseba Beobide: "Hay vivos, muertos... y marineros".
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