Avance en solitario

La Bolsa española se acerca paso a paso a la zona de los máximos anuales sin que los expertos puedan ofrecer argumentos diferentes a los que mostraban para justificar los descensos de unas semanas atrás.

El precio del petróleo se mantiene en torno a los 54 dólares el barril y los futuros con vencimiento en otoño rondan los 58 dólares, precisamente ahora que esa moneda resulta un poco más cara. La situación económica tampoco apunta, precisamente, hacia una recuperación y, aunque los precios al consumo crecen algo menos de lo esperado, el BCE no tiene margen para bajar los tipos de interés, y mucho menos para subirlos.

Con este panorama, los mercados de valores continúan beneficiándose de un desequilibrio creciente entre oferta y demanda, que viene a convertir a la renta variable en el menor de los males para un dinero forzadamente ocioso por la ausencia de alternativas.

El Ibex 35 subió ayer el 0,37% en un movimiento a contracorriente del conjunto de los mercados europeos, lo que le permitió cerrar en 9.614,40 puntos, el segundo mejor registro del año y a sólo 20 puntos del máximo del día 15 de febrero. El índice general de la Bolsa de Madrid ganó el 0,31%, para cerrar en 1.042,65.

En esta ocasión, y a pesar de todo lo que se está hablando del tirón de los valores medianos y pequeños, el esfuerzo corrió a cargo de las grandes sociedades, que, como viene siendo habitual, incluso acapararon la mayor parte del negocio.

En el mercado continuo se contrataron 2.261,11 millones de euros, de los que 1.874,29 se generaron mediante operaciones abiertas, de las que el 64% se quedó en seis valores.

La Bolsa de Nueva York conseguía animarse a media sesión gracias al descenso del 0,6% en el índice de precios industriales de mayo, el mayor en más de dos años, y a pesar de que las ventas al por menor también bajaron en mayo. Los analistas esperaban un descenso del 0,3%, pero la realidad volvió a darles la espalda y las ventas descendieron el 0,5%. El Dow Jones ganaba el 0,24% al cierre de la sesión.