Las milicias imponen su ley en Cisjordania y Gaza
El ministro del Interior palestino anuncia mano dura para intentar acabar con el caos
Una oleada de desórdenes callejeros, a cargo de grupos armados palestinos, ha invadido las calles de las principales ciudades de Cisjordania y Gaza, amenazando con desestabilizar el proceso de pacificación y de reformas impulsado por el Gobierno del presidente Mahmud Abbas. El ministro de Interior palestino, el general mayor Naser Yusef, asegura que actuará con mano dura contra los revoltosos, mientras la sociedad civil ha empezado a movilizarse pidiendo el restablecimiento de la seguridad, la calma y el fin del caos.
La plaza de Al Manara, el corazón de Ramala, la capital administrativa de Cisjordania, fue este pasado fin de semana escenario de violentos enfrentamientos entre dos clanes. Milicianos armados pertenecientes a las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa dispararon contra facciones rivales provocando al menos media docena de heridos, mientras los transeúntes despavoridos trataban de buscar refugio en los comercios y edificios cercanos. La calma sólo pudo ser restablecida gracias a la acción enérgica de los portavoces del Comité de Fuerzas Nacionales e Islámicas, que, con ayuda de la policía, convencieron a los revoltosos para que depusieran las armas.
Al Manara no es una excepción. Incidentes similares se han venido registrando en otros puntos de la capital; el más inquietante tuvo lugar en el interior del restaurante Darna, uno de los establecimientos más concurridos y lujosos de la capital, donde semanas atrás irrumpieron diversos milicianos armados. Sin mediar palabra descargaron sus armas en el interior del comedor, ocasionando también el pánico de los comensales y de los empleados. Los asaltantes, que se identificaron asimismo como miembros de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, antes de partir destrozaron el mobiliario, como si trataran de demostrar que este restaurante es para ellos un símbolo de lo que más odian: la nueva clase dirigente palestina.
Episodios de características parejas se han sucedido en Gaza, donde hombres enmascarados han tiroteado el cuartel general de la Seguridad Preventiva y el domicilio del general Rashid Abu Shabk, responsable de esta fuerza, al tiempo que otro grupo lanzaba un misil contra un coche de la policía que pasaba por una calle cercana.
Secuestrado un mando
Informaciones confidenciales procedentes de la Mukata aseguran que en el transcurso de estos incidentes los revoltosos consiguieron secuestrar a un mando policial, quien aún se encuentra en paradero desconocido. En Yabalia, cerca de Gaza capital, los revoltosos han asaltado el Ayuntamiento, y en el punto opuesto, en Jan Yunis, los tiroteos menudean entre clanes rivales y también contra los vehículos oficiales de la ONU. La sede de una organización no gubernamental ha sido asaltada y saqueada.
Las organizaciones humanitarias internacionales han dado la señal de alarma y han empezado a aconsejar con discreción a sus empleados que se abstengan de viajar a determinadas zonas de la franja de Gaza, donde han calificado la situación de "volátil".
La alarma se ha hecho extensiva a Ramala y a otras ciudades de Cisjordania, provocando la inquietud de la Autoridad Nacional Palestina y obligando al primer ministro Mahmud Abbas a dar la cara y a salir en televisión, desde donde en las últimas horas ha lanzado un mensaje claro: "Nuestra obligación principal ahora es la de mantener el orden interno". El mensaje más contundente, sin embargo, ha sido el del ministro del Interior, el general Naser Yusef, quien en unas declaraciones a la prensa internacional aseguraba su intención de "acabar con el caos y restablecer el orden público".
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