"Las personas con talento son el activo principal"

Doctor en Económicas y Empresariales, Psicólogo, Ingeniero Aeronáutico y Diplomado en Marketing, José María Gasalla (Pontevedra, 1945) pronto se dio cuenta de que su vocación era "el estudio de las interrelaciones humanas dentro de la empresa". Desde 1980 preside el grupo Consultoría Desarrollo Organizacional, con sedes en Madrid, México y Brasil. Experto en inteligencia emocional y profesor universitario, Gasalla intervino dio recientemente una conferencia en Bilbao organizado por la sociedad municipal Lan Ekintza.

Pregunta. ¿Qué es la inteligencia emocional?

Respuesta. Es una parte de nuestra inteligencia que no siempre ha sido reconocida. Todos los autores la describen como el conocimiento de uno mismo y de los demás y, a partir de ahí, la gestión de uno mismo y de los demás. Son conceptos que cualquier profesional usa; la diferencia es que hoy en día se les ha puesto nombre, se han sistematizado sus contenidos y sobre todo, cómo trabajarlos en la empresa.

P. Pero los sentimientos no parecen tener mucho que ver con el éxito empresarial.

R. Sin embargo, hace 30 años que en la Universidad de Harvard empezaron a preocuparse de la inteligencia emocional, al detectar que no había una relación entre los alumnos de mayor coeficiente intelectual y los profesionales de más éxito. Hoy día hay más grados de libertad en el sistema empresa, la persona cobra más importancia porque no sólo se dedica a hacer unas tareas predeterminadas, sino que tiene que tomar decisiones y afrontar situaciones imprevisibles. Las personas con talento son el activo más importante de la empresa. La clave está en reconocer los talentos dentro de la organización y crear un clima donde las personas puedan manifestarse libremente y aportar ideas y críticas.

P. ¿Qué ventajas aporta a las empresas la gestión del talento emocional?

R. La estrategia de empresa ha estado basada en el estudio de los escenarios y de los mercados y ha prestado menos atención a sus recursos y capacidades, En este momento, hay que echar la vista hacia el interior.

P. Augura que "la gestión de las emociones se convertirá en la competencia esencial en las empresas con éxito en los próximos años".

R. Todo alto directivo sabe que la clave de su éxito no puede estar ya en su propia dirección; necesariamente tiene que contar con un equipo y potenciar la inteligencia emocional de cada uno de sus miembros. Conseguir un nivel de confianza apropiado repercute directamente en la cuenta de resultados.