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Crítica:LA LIDIA | Valencia
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Viento e inválidos

Los tres novillos procedencia Jandilla los echaron por delante para abrir boca. Pero fueron un bostezo. Los tres, cortados bajo el mismo patrón. Con las fuerzas al límite, noblotes, pero sosos en desespero. Faltos de emoción, en fin. El primero pareció como más entero y con cierta movilidad. Manseó en varas y no ofreció resistencia en la muleta. Casi lo mismo que los otros dos, aunque en todos los casos perdieron fuelle, se vinieron a menos. Tres calcos; tres soseras. Añadan el viento, que se sumó durante toda la tarde, y el resultado empeoró la cuestión.

Puestos en escena los jandillas de Yerbabuena, cada uno de los novilleros hizo lo que pudo. O lo que supo. Así, Lumbrerita, muy variado y animoso con el capote, le echó coraje y decisión a falta de otras virtudes. Unas veces acoplado, otras desajustado, todo fue un querer más que poder. El viento, además, le robó continuidad a una faena siempre enrabietada.

Yerbabuena / Lumbrerita, Posada, Sierra

Novillos de Yerbabuena, bien presentados pero casi inválidos. Lumbrerita: saludos y dos vueltas. Ambel Posada: silencio y silencio. Curro Sierra: saludos y palmas. Plaza de Valencia. 11 de junio. 3ª novillada del Concurso Valencia busca un torero. Un cuarto de entrada.

También noblote, asimismo soso, el segundo. Ambel Posada, siempre fácil, no acabó de arrancar. La faena se le durmió en varios pasajes. Ayudó mucho al novillo, le llegó a consentir, pero todo sin emoción.

Curro Sierra, que volvía a los ruedos tras su dramático percance de hace un año en Sevilla, apuntó detalles. Se dejó ver con cierta gracia. Puso mucho para tan poco que le ofreció el novillo. Se le vio dominar la situación y entre pulcro y aseado, ciertas pinceladas con sabor sevillano.

La rama pedrajas llegó en la segunda parte. Tres novillos de mayor corpulencia, más bastos también e igualmente con las fuerzas limitadas. Salieron con muchos pies, con fulgurantes arrancadas, pero todo quedó en apariencia. Más ruido que otra cosa. Cumplidores en el caballo, aunque mejor tratados que los tres primeros.

A Lumbrerita se le moría de pie el cuarto de tan poca fuerza. Pero Lumbrerita, todo tesón y ganas, superó la barrera casi infranqueable que tenía delante. Puso lo que no tenía el novillo y le sonsacó con la izquierda estimables naturales. Exprimió al máximo a un novillo que se le derrumbó a mitad de faena. El feote que hizo quinto frenó en seco el ánimo de Posada, que también se entregó muy pronto a su suerte. Flojo novillo y poca confianza en Posada, que abrevió.

El último dio espectáculo en varas. Derribó y fue un derroche de poder y empuje. Algo parado en la muleta, dejó a Curro Sierra asomar las maneras de un buen torero.

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