El gran día del zascandil

"Si no llego a ser jugador, yo estoy allí en la grada, con la afición, porque yo soy bético hasta el fondo". Dani (Sevilla, 1981), autor del gol que le dio ayer la Copa al Betis, vivió su gran día, el punto culminante de una carrera marcada por los dos goles que le marcó al Barça en su primera campaña con el Betis y por las cinco operaciones que ha vivido en tres años, la más grave para superar la rotura de los ligamentos de su rodilla derecha.

Luchador y marrullero, Dani ya ha tenido más que palabras con Ayala, Alfaro o Navarro, algunos de los defensas más duros de la Liga, y ayer se dejó caer teatralmente en la jugada que originó una tangana entre los jugadores de Osasuna y Betis. "El juego que hago es el que tengo que hacer porque, con mi cuerpo, no puedo hacer otra cosa. Si hay que ser más listo que el rival o un pesado, lo seré", explica cuando se le acusa de ser un zascandil.

Dani también es un gran definidor -"le he pegado con todo lo que tenía", dijo de su gol-, trianero y bético hasta la médula, un canterano que ha marcado 14 tantos en Liga con el Betis. Gracias a su gol, el equipo se acabó quedando con la Copa. Para el club supone la segunda, tras la conseguida en 1977 -la primera con el nombre de Copa del Rey-. Para su entrenador, Llorenç Serra Ferrer, la primera después de dos derrotas en la competición: con el Mallorca en 1991 y en 1997, en su primera etapa en el Betis, contra el Barcelona, el club que anunció su fichaje días después de la final.