PSOE y PP insisten en que hay voluntad de pactar el Estatuto andaluz

Los socialistas andaluces creen percibir un "cierto cambio de actitud, más constructivo y de mayor implicación" en el PP ante los trabajos para la reforma del Estatuto de Andalucía, después de una primera etapa en la que ha estado "viéndolas venir". Así se manifestó ayer el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Manuel Gracia. Del mismo modo, el presidente del PP, Javier Arenas, insistió ayer en destacar el "altísimo grado de coincidencia" que hay entre su partido y el PSOE. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, también se refirió a este "altísimo grado" de consenso y lo calificó de "muy buena noticia".

El viernes próximo acabará la primera fase de trabajos para la reforma. Este periodo, según el PSOE, se ha caracterizado por un ambiente "cordial y constructivo", muy distinto a la relación diaria entre las formaciones. "Hasta ahora, el clima de crispación no ha salpicado a la ponencia", dijo Gracia.

El líder del PP advirtió de que el hecho de que haya más puntos en común que diferencias se debe fundamentalmente a que "en la mayoría de las propuestas que han presentado los grupos parlamentarios no se requiere la reforma del Estatuto", un argumento en el que insisten los populares desde que se abrió el debate sobre la reforma. Además, dijo que no se debe "tener ninguna prisa" en cerrar la reforma.

Arenas insistió en que en Andalucía "no hay problema autonómico" y que éste sólo se encuentra en Cataluña y el País Vasco. En este sentido, apuntó al líder de ERC, Josep Lluís Carod Rovira; al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y al lehendakari, Juan José Ibarretxe. "Los problemas autonómicos a Andalucía le vienen desde fuera", dijo Arenas, quien sentenció que el PP "no aceptará ni una peseta menos que Cataluña ni una competencia menos de las que pueda tener el País Vasco, Cataluña o Galicia".

El coordinador de IU en Andalucía, Diego Valderas, advirtió de que un pacto "en exclusiva" con el PP supondrá "un retroceso a la Andalucía de hace 25 años".