"¡Qué importante soy, carallo!"
José Luis Baltar, presidente de la Diputación de Ourense, niegaque incitase a robar votos y pide para Fraga "una salida triunfal"
"¿Dan de comer?", pregunta antes del mitin un hombre acodado en la barra del bar Vaticano. El acto electoral del PP en San Cristovo de Cea (Ourense) se celebra en otro bar, el Pascuas, y cuando los discursos y el calor ya han cargado el ambiente, se vuelve a susurrar la pregunta: "¿Y van a dar de comer?". "¡Haber comido antes en casa!", amonesta una voz femenina.
No se sirve comida, aunque en el sótano del bar que acoge el mitin hay una cocina muy cerca de la tribuna de oradores y unos cuantos taburetes de mesón apilados en el único hueco que deja libre el centenar de personas apretujadas en el local. Algunos acechan desde fuera por un ventanuco tapado con barrotes. No se sirve comida y crece la sensación de ahogo. Pero nadie se mueve en más de una hora hasta que llega el turno del cabeza de cartel.
Aunque José Luis Baltar, presidente del PP en Ourense y de esa Diputación Provincial, no es candidato en las elecciones, su fotografía figura en todos los carteles pegados por el pueblo y nadie le discute el privilegio de cerrar los discursos. Dos días atrás, inauguró en otro pueblo orensano, Vilamartín de Valdeorras, un puente que lleva su nombre. El primero en hablar ha sido el alcalde de Cea, José Luis Valladares. Recordó que Baltar le ha exigido que el 19-J recaude en el municipio 1.700 votos -el 53% del censo, emigrantes incluidos- y no escapó a una cuestión de actualidad, el proceso judicial en marcha por un presunto fraude en el voto por correo que denunció el BNG. "¡No nos van a acojonar!", prometió Valladares. "¡Seguiremos trabajando el voto por correo!".
Han hablado también el hijo de Baltar, José Manuel, segundo en la lista por la provincia, y la primera de la candidatura, Amparo González, quien pese a estar casada con un militante del BNG -o tal vez por eso- arremetió contra "los bloqueiros' antitodo". Pasan de las diez de la noche -"esta hora es mejor para sulfatar las viñas", había dicho el día anterior en otro mitin al atardecer- cuando al fin Baltar se sube a la tribuna. Se dirige a algunos por su nombre y entabla diálogo con el público. Después de que el alcalde amagase con renunciar a los servicios de la brigada de obras de la Diputación para que no le acusen de "echar chapapote cuando llegan las elecciones", Baltar interpela a un auditorio que se debate entre el sofoco y el regocijo: "¿Queréis o no que os mande la brigada?". Y la gente grita que sí, faltaría más, y ovaciona, y se troncha de risa.
Baltar provocó hace días el primer incendio verbal de la campaña tras arengar a sus alcaldes para que "roben el voto a quien sea". "Lo que quiero decir", se explica ahora, "es que si ves a uno del PSOE, le hables y trates de convencerlo. Por decir esto, Zapatero se dedicó el otro día en Vigo a hablar de mí, un pequeño presidente de una pequeña Diputación de una pequeña provincia. ¡Qué importante soy, carallo!".
Él se defiende: "Los socialistas ganan todas las elecciones en Andalucía, en Extremadura y en Castilla-La Mancha, y nosotros no les llamamos caciques, atrasados e ignorantes. Los paisanos que algunos ponen de burros son más listos que nosotros. Yo voy junto a un paisano, le doy la papeleta, lo invito a un vaso de vino y me dice que me va a votar. Luego llega el del PSOE y le dice lo mismo. Y también el del Bloque. Y al final vota a quien le da la gana. Los parvos (tontos) somos nosotros. Esta gente urbanita piensa que le van a dar los votos sólo por venir aquí de corbata. Y ya, ya... ¡Quiero ver yo luego cómo llevan el saco!".
Baltar transmite familiaridad. "Cuando pasen las elecciones, ya no volveremos por aquí", dice entre la incredulidad del público. "Os digo la verdad. Es así, todos los políticos hacemos lo mismo. Pero sabed una cosa. Mi despacho es vuestra casa. Venid a hablar conmigo siempre que lo necesitéis. Y si no os dejan entrar... ¡patada en la puerta y para dentro!". Ha llegado el momento de pedir el voto para don Manuel: "A este hombre hay que darle una salida por la puerta triunfal".
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