Una final no deseada
San Antonio y Detroit juegan por el anillo de la NBA y contra la indiferencia general
Al finalizar el séptimo encuentro de la final de la Conferencia Este entre Detroit Pistons y Miami Heat, un periodista preguntó al comisionado de la NBA, David Stern, si no habría preferido ver al equipo de Florida en el duelo decisivo de la Liga. Stern podría perfectamente haber mirado hacia otro lado o haber desaprobado la insolencia de la cuestión. Pero... no. Sonrió y soltó un sospechoso "sin comentarios".
La pequeña ciudad texana de San Antonio, sede de los Spurs, los otros protagonistas del duelo decisivo de la Liga profesional norteamericana de baloncesto, no es exactamente Hollywood Boulevard y la apocalíptica capital de los automóviles, Detroit, tampoco es South Beach. La glamourosa y soñada por muchos final entre los Heat y los Lakers de Los Ángeles ha dado paso a otra entre dos equipos que son un calco de las localidades que representan: rocosos, mecánicos y poco dados a vivir momentos impredecibles. Así que, tras el drástico descenso de teleespectadores que ha vivido la fase final de la competición, los Spurs, campeones en 2003, y los Pistons, en 2004, amenazan con batir records negativos de audiencia en una gran final.
- Dos equipos, un estilo. A pesar de que respondió a la perfección a la invitacion lanzada por Phoenix de jugar un baloncesto rápido y dinámico, San Antonio, en su enfrentamiento con Detroit, volverá a las posesiones largas y a la intensidad defensiva. Además de la ventaja del factor campo, los Spurs tienen más banquillo y una baraja de opciones en el ataque. Deben evitar ceder el control y convertir los partidos en una pura lucha defensiva con marcadores cortos y apretados. Eso solo beneficiaría a los Pistons, que saben mover el balón de manera constante y con paciencia siempre en busca de la mejor posibilidad de tiro. Para Detroit, su lucha, su determinación y su sangre fría en los momentos cruciales pueden ser su mejor arma.
- Los duelos: Duncan contra los 'hermanos' Wallace. Si está en su mejor forma, Duncan es imparable incluso para los musculosos y temidos Ben y Rasheed Wallace. Duncan tiene simplemente demasiados recursos. Ya sea de cara al aro, gracias a un primer paso explosivo o lanzando contra el tablero; ya sea de espaldas, pues es un excelente pasador cuando recibe un marcaje doble. Ben, designado el mejor defensor de la Liga, garantiza rebotes en ambos lados del parqué y segundas oportunidades de tiro. El veterano y fogoso Rasheed se crece cuanto mayor es la responsabilidad, pero su mala cabeza es un peligro para él y su cuadro.
- Ginobili contra Prince. Ginobili es el jugador más impredecible de la NBA y el que más pesadillas causa a las defensas rivales. Crea y disfruta el contacto en el uno contra uno y su agresividad en la defensa y en sus ataques al aro son una garantía. Para cubrirle estará Prince, un escolta flaco, alto y de brazos interminables que asegura una defensa de garantías.
- Bowen contra Hamilton. Hamilton, un tirador elegante y efectivo, el más exquisito de todos los pistons es al lanzamiento de media distancia lo que Miller era a los triples. Rapidísimo para salir de los bloqueos y darse la vuelta para lanzar, está por ver si Bowen, uno de los mejores especialistas defensivos de la Liga, podrá correr durante 40 minutos y mantener el aliento cuando se sume al ataque.
- Parker contra Billups. Parker, el liviano base de los Spurs, lo pasará muy mal si decide enfrentarse a Billups en el cuerpo a cuerpo y puede tener problemas para recuperar la posición cuando le hagan bloqueos. Sin embargo, es una mayor amenaza de cara al aro y los contragolpes que dirige son letales. Con más experiencia, Billups es un excelente defensor que se convierte en anotador cuando su equipo lo requiere.
- Los entrenadores: Gregg Popovich y Larry Brown. Los entrenadores de San Antonio Spurs, Gregg Popovich, y de Detroit Pistons, Larry Brown, son tan amigos que Popovich fue el padrino de boda de Brown. En el ámbito profesional, fue Brown el que ofreció a Popovich ser su ayudante en 1988 y en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. En consecuencia, los Spurs y los Pistons son dos de los equipos mas parecidos de la Liga, hasta el punto de que sus duelos parecen entrenamientos. Para Brown, la final podría significar su adiós a los banquillos tras 32 años como técnico.
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