"No queremos la hibernación del partido"

Marga Sanz ha elegida recientemente nueva secretaria general del Partit Comunista del País Valencià (PCPV). Veterana militante -desde 1972- del PCE, que abandonó una temporada por sus discrepancias con la política de Santiago Carrillo, Sanz, economista de 53 años, con un hijo, y catedrática de Administración de Empresas en el IES de Tavernes Blanques, quiere que el PCPV recupere su voz en la sociedad valenciana. "No queremos la hibernación del partido", dice.

Pregunta. El décimo congreso era importante, después de una época difícil. ¿Ha resuelto los problemas?

Respuesta. El congreso lo que ha resuelto son los enfrentamientos que hemos tenido en los últimos años. En el anterior se presentaron cuatro listas distintas para la dirección del partido y esa profunda división que apareció no se ha cerrado en estos últimos años. Pero ahora la propia militancia ha dicho basta y ha decidido pasar a una nueva etapa si no queremos desaparecer. Un proceso de tanto enfrentamiento interno conduce a no generar políticas ni iniciativas. El reto de este congreso era elegir una dirección con el suficiente apoyo para llevar adelante esas nuevas políticas. Ahora se abre una etapa difícil, la de gestionar la confianza que se ha depositado en nosotros y tirar adelante con la voluntad del congreso.

Nuestra posición es defender una imagen clara de EU, que se ha diluido

P. ¿Y cuál es esa voluntad?

R. Sobre todo, el congreso ha dicho dos cosas. Una, que haya mayor participación y debate en las decisiones políticas en el partido. Yo me he comprometido a trabajar desde el acuerdo y el consenso y la participación de quien quiera hacer partido. Se pide más iniciativa política del partido tanto en Esquerra Unida como fuera. EU sigue siendo nuestro proyecto de convergencia de unidad de la izquierda política y social, pero no queremos la hibernación del partido, que tiene que recuperar la iniciativa que perdida en los últimos años y posicionarse ante los problemas, sin que todo se tenga que vehicular a través de EU.

P. Habrá que hilar muy fino para eso.

R. Claro, en EU se da también opinión política, y nosotros la vamos a defender, aunque, por lealtad con la organización que hemos puesto en marcha, las posibles divergencias las resolveremos internamente. Pero nosotros no vamos a intervenir o dar opinión sobre el trabajo institucional, que corresponde a EU.

P. ¿Puede haber problemas por diferencias de opinión entre el PCPV y EU?

R. No, lo que pasa es que las cuestiones en EU se llevarán hasta un límite y nosotros quizá podamos llevarlas algo más allá. Pero problemas de contradicciones, creo que no.

P. Pero el PCPV intenta sacar la cabeza y eso es difícil de compaginar con la potenciación de EU, que es la apuesta estratégica de su partido y de otros que la integran.

R. EU es un lugar donde confluyen otros partidos y familias políticas y nos ponemos de acuerdo en un programa. Pero nosotros, como partido, lo que tenemos es un producto de carácter ideológico. Aspiramos al socialismo, al comunismo. Para hacer ese camino nos juntamos con compañeros que pueden tener aspiraciones semejantes, aunque no las mismas. Podemos recorrer un camino juntos. Por el socialismo trabajamos todos los que participamos en EU.

P. ¿Cuál es el diagnóstico que hace el PCPV de la política valenciana actual?

R. Hay una profunda crisis del modelo económico y social. En primer lugar, por la crisis de la industria tradicional, basada en la exportación, que no se ha renovado, lo que ha hecho que los precios industriales hayan subido mucho y los salarios sean de los más bajos de todo el Estado y que se esté entrando en una situación en la que es muy difícil competir en el terreno internacional. La agricultura pasa también por problemas de modernización y el modelo turístico de masas ha entrado en declive. Todo eso puede determinar a medio plazo un aumento de la tasa de desempleo. Está también la crisis del agua, que va a ser un elemento que constriña el crecimiento. Por otra parte, el Estado del Bienestar llega cada vez a menos valencianos. Se han perdido derechos en lo social, se pierde calidad de vida y todo eso contrasta con un Gobierno con cada vez más evidencias de corrupción vinculada a intereses urbanísticos. De ahí que sea necesario un cambio.

P. Para eso hace falta que EU y PSPV sumen lo suficiente. ¿Qué opina de posibles acuerdos electorales de EU con, por ejemplo, el Bloc?

R. En que queremos sacar al PP de la Generalitat nos podemos poner de acuerdo mucha gente. El tipo de política y el tipo de país que queremos es algo en lo que nos tendremos que poner de acuerdo. Por eso no es tan fácil. Vale, vamos a tirar al PP, pero sobre la base de qué tipo de política alternativa. Pero en el congreso no hemos debatido sobre alianzas, ese debate lo vamos a tener a corto plazo. Hoy por hoy nuestra posición es defender una imagen clara de EU, que en las últimas contiendas electorales se ha diluido. L'Entesa no ha tenido la proyección social que se buscaba, porque, por falta de tiempo, se hizo un acuerdo entre las cúpulas y ha faltado trabajo en la base.

P. ¿Qué opina de la reforma del Estatut?

R. El Estatut, tal como se está conformando en estos momentos es absolutamente criticable, no sólo porque se ha hurtado el debate a la ciudadanía, sino también porque no recoge derechos sociales relativos a la igualdad de sextos, los inmigrantes y el pleno empleo, mientras que en las señas de identidad sigue habiendo una brecha en la que no nos ponemos de acuerdo. Tampoco está claro lo de la financiación y la agencia tributaria. Son elementos que no están claros en el debate, en parte por culpa del Gobierno central, que no ha determinado qué competencias son inamovibles y cuáles se pueden transferir. Así, se ha abierto un tira y afloja a ver quién puede sacar más de Madrid. Eso puede ser peligrosísimo para la parte solidaria.