Diseño original y buen equipamiento
Diseño llamativo, mucha personalidad y equipamientos de serie muy completos. Son las características que definen a la mayoría de los Mazda y también al nuevo 5, la alternativa de la marca a los movolúmenes compactos con más de cinco plazas: Volkswagen Touran, Renault Grand Scénic, Honda FR-V, Fiat Multiplá, Toyota Corolla Verso... La propuesta de Mazda presenta una línea dinámica y expresiva; viene de serie con todos los sistemas de seguridad, y añade detalles diferenciadores muy prácticos, como las puertas correderas y la configuración interior, que mejora el confort a bordo cuando viajan cuatro personas, la situación más habitual.
El Mazda 5 llegará a España en septiembre para relevar al actual Premacy con unos precios a partir de 22.450 euros en gasolina (1.8 de 115 CV) y desde 24.150 en diésel (2.0 CRTD de 110 CV).
Estampa atlética
Las dimensiones, con mayor longitud y menor altura que la mayoría de los monovolúmenes compactos, otorgan ya una estampa más atlética de lo habitual en este tipo de coches. Además sus proporciones aportan un estilo propio que se refuerza en los detalles, algunos con sello deportivo: faros rasgados, pasos de ruedas marcados, perfil aerodinámico.
El interior aplica la misma receta y presenta un salpicadero moderno y vistoso, con el cambio en la consola y contrastes entre tonos oscuros y metálicos. También destacan soluciones como la base del piso del coche, tan baja como el de una berlina. Esta posición compensa la menor altura exterior y permite ofrecer una atmósfera desahogada por dentro. Al mismo tiempo sitúa el centro de gravedad más bajo para mejorar el dinamismo y la manejabilidad.
El resultado es satisfactorio, y, aunque no llega a ofrecer la agilidad del Seat Altea, le sitúa a la altura del Ford C-Max, uno de los modelos mejor resueltos, con el que comparte chasis.
Cuatro motores y todo de serie
La oferta mecánica contempla cuatro propulsores, dos de gasolina y dos diésel. Todos vienen con cambio manual, pero los primeros equipan uno de cinco marchas y los de gasóleo de seis.
La opción más asequible es el 1.8 de 115 CV de gasolina (desde 22.450 euros), que alcanza 182 km/h., acelera de 0 a 100 km/h. en 11,4 segundos y gasta 10,7 litros en ciudad y 6,3 en autopista. En diésel, es el 2.0 CRDT de 110 CV (a partir de 24.150), que aporta menor velocidad y aceleración (179 km/h. y 12,9 segundos en el 0 a 100), pero ofrece unos consumos más bajos: 7,3 y 5,7 litros.
Las alternativas superiores son el 2.0 de 145 CV de gasolina (desde 23.650 euros) y el 2.0 CRDT de 143 CV (a partir de 25.350). Los dos ofrecen prestaciones similares (en torno a 195 km/h. y 10,5 segundos para realizar el 0 a 100), pero con diferencias importantes en el consumo, sobre todo en ciudad: 11 litros el gasolina y 7,3 el turbodiésel.
Cada motor se asocia a un acabado: los 1.8 y 2.0 CRDT de 110 CV, al Active; los 2.0 y 2.0 CRDT de 143 CV, a los Active+ y Sportive. Todos son muy completos. Los Active y Active+ ofrecen lo mismo: ABS, control de estabilidad y seis airbags, climatizador, ordenador de viaje, llantas de aleación, volante de cuero con mandos integrados, elevalunas y retrovisores eléctricos y cierre con mando a distancia. El Sportive añade acceso y arranque sin llave, regulador de velocidad, cristales tintados y ruedas de 17 pulgadas (de 16 en el otro). Además es el único que puede montar opciones como faros de xenón (770 euros) y xenón más DVD (2.750).
DE CUATRO A SIETE PLAZAS
LAS PUERTAS correderas es una de las aportaciones prácticas del Mazda 5. Esta solución facilita el acceso al interior porque deja libre un hueco más grande que las normales y permite entrar y salir sin problemas, incluso si se aparca en batería y apenas hay espacio entre los coches. Otro aspecto que se aparta de lo habitual es la configuración interior. Mantiene una distribución convencional, con dos plazas delante, tres en las segunda fila y dos en la tercera, pero el diseño de los asientos marca la diferencia. Las butacas laterales de la segunda fila son muy grandes y mejoran el confort cuando viajan cuatro personas. Sin embargo, reducen drásticamente el tamaño de la plaza central, sólo válida para trayectos cortos.
Los asientos de la tercera fila también son grandes, y, a diferencia de los de la mayoría de monovolúmenes compactos, ofrecen espacio suficiente para adultos de estaturas bajas y medias.
La capacidad del maletero depende del número de plazas utilizadas. Si se utilizan todas, es mínima, apenas 115 litros; pero al plegar las dos últimas en el piso aumenta hasta 426 y crea una superficie de carga de 1,1 metros de largo por uno de ancho. La segunda fila se puede plegar contra la delantera para incrementar la longitud hasta 1,7 metros (para llevar esquís, bicicletas, muebles...).
Destacan también los huecos para objetos, 45 según Mazda: estuche para gafas, posavasos en todas las filas, mesas plegables en los respaldos... También aprovecha al máximo las banquetas de la segunda fila: una oculta la banqueta de la plaza central y la otra una bandeja con posavasos. Cuando no se usa, el respaldo de la plaza central se puede utilizar como reposabrazos. Además, los asientos de la segunda fila se desplazan en longitud para repartir el espacio.
El pero: no tiene siete plazas reales, sino 6+1. Hay modelos de seis plazas con más maletero y otros de siete que pueden alojar a cinco adultos en las dos primeras filas con más confort.
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