"Una especie de matrimonio múltiple"

El director de cine Fernando Colomo se llevó a los empresarios y directivos que le escuchaban ayer en Sevilla por el laberinto de problemas, lances y sorpresas que dan forma a un rodaje. La experiencia de dirigir una película enseña a huir de cualquier tipo de individualismo. Porque, de lo contrario, uno está perdido. "El rodaje es algo muy corto. Una película española media se rueda entre seis y ocho semanas. Es como si el director se casara con todo el equipo. No sirve de nada una interpretación maravillosa de un actor o una actriz si el señor que lleva el foco se equivoca y los saca desenfocados", explicó Colomo.

"Se da la paradoja de que al contar con un equipo tan grande hay que rodar muy rápido. Me gustaría repetir escenas. Y esto en cine es prácticamente imposible. Parece que cuenta cada segundo. El rodaje se vive en una tensión enorme. Lo que es terrible es que no consigas cumplir el plan de rodaje. Esto arrastra un efecto cascada. Pasarse una semana supone muchísimo dinero", comentó el director de La mano negra. "Creo que Federico Fellini dijo que hacer cine es una operación científica. Es una frase que llama la atención viniendo de Fellini, que tenía fama de director anárquico. Pero es verdad", agregó. El cine no está, pues, tan lejos de las ajustadas e implacables matemáticas que deciden el futuro de una empresa. Lo dijo Fellini y lo corroboró Colomo.

Y, sobre todo, es fundamental que no haya discordias. "El cine tiene una cosa, que se resume en que todo el equipo tiene que estar unido. Es una especie de matrimonio múltiple en que todo se vive intensamente. También se producen grandes odios y grandes amores", relató. "En el rodaje se producen al final como dos bandos: los que quieren siempre rodar (director, productor y cámara) y los que siempre piden que se espere un momentito (maquillaje, vestuario y decoración)", concluyó Colomo.