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Crónica:FÚTBOL | 38ª y última jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Fiesta doble en Son Moix

El Mallorca y el Betis alcanzan con su igualada sus metas respectivas: la permanencia en Primera y la 'Champions'

Un empate en el último minuto selló ayer la permanencia del Mallorca en la Primera División y la clasificación del Betis para la Liga de Campeones. De este modo, el equipo de Héctor Cúper dio continuidad a una espléndida racha de resultados que le ha permitido salvar una situación límite y evitar, en el último suspiro, el descenso. Por extensión, el de Llorenç Serra Ferrer también alcanza su objetivo soñado mientras que su eterno rival, el Sevilla, derrotado en su propia casa por el Málaga, se ve relegado a la Copa de la UEFA. Una satisfacción doble.

El Mallorca ha permanecido invicto desde la jornada 32ª, con tres empates y cuatro victorias y sumando 15 de los 21 puntos posibles. Con el pitido final de anoche, en el estadio de Son Moix, se desató la euforia entre una afición que, en el plazo de un mes, ha pasado de vivir instalada en el derrotismo a creer en los milagros.

MALLORCA 1 - BETIS 1

Mallorca : Moyà; Cortés, Ballesteros, Iuliano, Poli; Campano, Farinós (Correa, m. 83), Pereyra, Arango; Okubo (Luis García, m. 79) y Víctor (Tuni, m. 71).

Betis: Prats; Melli, Juanito, Rivas, Luis Fernández; Arzu (Benjamín, m. 77), Assuncão; Joaquín (Lembo, m. 92), Fernando (Varela, m. 73), Edú y Oliveira.

Goles: 0-1. M. 52. Assunção, de falta directa desde 25 metros.

1-1. M. 89. Pereyra remata de cabeza un pase de Poli.

Árbitro: Pérez Burrull. Mostró la tarjeta amarilla a Iuliano y Arango, del Mallorca, y a Arzu, del Betis.

23.000 espectadores en el estadio Son Moix, de Palma de Mallorca.

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Quien no tiene fe en la intervención divina es Héctor Cúper. Así lo reconoció el técnico argentino durante la semana, encomendándose por enésima vez a las virtudes del trabajo bien hecho. En cualquier caso, a Cúper le ha costado Dios y ayuda enderezar el rumbo de un equipo que ha navegado con el agua al cuello durante toda la temporada y que, a falta apenas de siete partidos para el final de la Liga, parecía más que nunca carne de Segunda.

Pero el Mallorca de ayer fue el de los últimos partidos. Un equipo aguerrido, con un centro del campo sólido y hombres desequilibrantes en punta. Cuesta creer que sean los mismos jugadores que, a lo largo del curso, han perdido infinidad de partidos al juntar impotencia, desidia y mediocridad a partes iguales.

Salió, pues, el Mallorca con el cuchillo entre los dientes, espoleado por la afición, y arrinconó al Betis en su campo durante los primeros 15 minutos. Los verdiblancos aguantaron el achuchón inicial, que no se concretó en posibilidades reales de gol, y paulatinamente se fueron estirando. Para el minuto 20 se habían equilibrado las fuerzas, el Mallorca haciendo valer su principal activo, la garra, y el Betis tirando de la calidad de sus hombres del ataque.

Fue entonces cuando el estruendo que emanaba de la grada quedó silenciado como por arte de magia. La señal para los jugadores del Mallorca era inequívoca: Reggi acababa de marcar para el Levante en El Madrigal. Desde ese instante, el Mallorca era un equipo de Segunda.

El ambiente, enrarecido de súbito, atenazó al equipo balear y le cortó las alas durante unos veinte minutos, hasta el 40, en el que llegaron nuevas noticias desde El Madrigal. Explotó Son Moix con el empate del Villarreal y la corriente eléctrica se transmitió directamente al equipo, que volvió a moverse con soltura al tiempo que la afición retomaba los ensordecedores cánticos.

Ante la demostración de fútbol control que estaban ofreciendo el Mallorca y el Betis, todas las miradas se trasladaron al partido que se jugaba en tierras valencianas. Antes del descanso llegó el segundo del Villarreal, que se celebró en Son Moix como un título. El Mallorca encaraba con optimismo los últimos 45 minutos de la Liga tras haber estado hundido en el pozo durante 18 angustiosos minutos.

Pero el Betis salió apretando en la segunda mitad, sabedor de que el Villarreal estaba haciendo los deberes y de que un gol del Sevilla lo dejaría fuera de la Liga de Campeones. En cinco minutos, los de Serra Ferrer acumularon tres ocasiones a balón parado. A la tercera, Assunçao, ayer el auténtico baluarte de este Eurobetis, le endosó un golazo a Moyà desde veinticinco metros.

El gol bético convirtió a los jugadores del Mallorca en un manojo de nervios, pues la victoria por entonces del Villarreal sobre el Levante era sólo mínima y los azulgrana, por tanto, podían mandarles abajo de conseguir la igualada a última hora.

Ni Arango, ni Okubo, ni David Cortés, en sucesivas ocasiones, pudieron rebasar el muro en que se convirtió el portero Toni Prats. El Betis, por su parte, jugó con tranquilidad hasta el final, consciente de que había logrado su meta europea como colofón a una brillante campaña.

Y fue en el minuto 89 cuando Pereyra cabeceó a gol un pase de Poli para coronar un empate que contentó a todos. Con unos en la Champions y los otros en Primera, algo que parecía imposible tan sólo algunas semanas atrás. Así que la fiesta sobre el césped de Son Moix fue total.

Los jugadores del Mallorca celebran la permanencia del equipo en Primera División.
Los jugadores del Mallorca celebran la permanencia del equipo en Primera División.EFE

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