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En el albergue de La Todolella había radiadores eléctricos que no se usaron

María Fabra

La habitación del albergue de La Todollela, donde el pasado mes de febrero murieron 18 personas intoxicadas por la inhalación de monóxido de carbono emanado de una estufa industrial de gas, no tenía ningún radiador de agua caliente. En el habitáculo únicamente existía un aparato eléctrico de grandes dimensiones que no funcionaba. Así lo desveló ayer el perito Luis Jover que, a instancia de algunas de las familias de los fallecidos, realizó ayer una inspección ocular del lugar donde ocurrió el siniestro. Así, aún en el caso de que las tuberías no hubieran reventado a causa de las heladas producidas durante los días anteriores, la habitación precisaba de una fuente de calor al margen de la caldera y el sistema de calefacción general. El propio Jover desveló también que aunque el radiador fijo de la gran habitación no funcionaba, por el albergue había repartidas "múltiples estufas móviles" que no fueron utilizadas y que, tal como pudo comprobar "sí funcionan". Éstas, tal como señaló "no producen contaminación, no son nocivas y no tienen ningún riesgo", admitió el perito ingeniero industrial.

En la habitación donde murieron 18 personas "ni podía entrar aire, ni podía salir gas"

Otra de las diferencias entre la estufa de gas que utilizaron los fallecidos para evitar el frío y los radiadores eléctricos es la inmediatez con la que el calor se extiende por los departamentos en los que se instala. Mientras que la de gas produce calor rápidamente, la eléctrica es mucho más lenta, ya que la velocidad en la emisión de kilocalorías de ésta es, aproximadamente, la mitad que en la de gas.

La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Vinaròs admitió finalmente la realización de un nuevo informe pericial en el albergue de La Todolella, tal como había solicitado la acusación particular personada en representación de nueve familias de las víctimas del accidente.

Otra de las primeras conclusiones a las que llegó el perito es que la habitación carecía de una ventilación adecuada ya que se convirtió en un compartimento estanco de, aproximadamente, 40 metros cuadrados con una ventana "inoperativa" y otra que se había cerrado totalmente, al igual que la puerta, "para que no entrara el frío". "Ni podía entrar aire, ni podía salir gas", dijo. En cualquier caso y antes de analizar detenidamente los datos recogidos en el albergue, el ingeniero industrial argumentó que el albergue "no reúne las condiciones mínimas de seguridad contra incendios, ya que no tiene alumbrado de emergencia ni señalización para la evacuación". Además, el perito, que junto al abogado de las familias, Leopoldo Gay, realizó la inspección acompañado de la Guardia Civil, lamentó el hecho de no haber podido acceder a todas las dependencias del establecimiento. Así, por ejemplo, el informe no podrá recoger el estado de la caldera averiada y que "de haber estado operativa", tal como dijo, hubiera hecho innecesario el traslado de las estufas que aportaron los propios asistentes a aquella fiesta de cumpleaños que tuvo un trágico desenlace con la muerte de 18 personas. Por su parte, Leopoldo Gay afirmó que, con las deficiencias halladas, "se puede afirmar que, si en este momento se tuviera que abrir el albergue, probablemente los problemas de seguridad impedirían su apertura".

Familiares de algunos de los fallecidos acudieron ayer al albergue para "acompañar" a su representante legal en una inspección que duró más de dos horas. Durante ese tiempo permanecieron en la puerta del establecimiento donde aseguraron que su única intención es que "no vuelva a ocurrir". José Luis Higueras, padre de Cristina Higueras, de 22 años, que falleció en el siniestro, mantuvo: "Sólo queremos saber la verdad y si lo que estamos haciendo sirve para que no se deje entrar ninguna otra estufa de ese tipo habrá servido de algo". Salvador De la Cruz, tío de otro de los fallecidos, José Manuel De la Cruz, de 21 años, señaló: "Pese a que sabemos que nadie tuvo intención de hacer daño a nadie, el caso es que existió un daño y queremos que se evite que pueda volver a suceder".

En el interior, todavía quedan objetos personales de algunas de las víctimas.

El abogado y el perito de la acusación particular, ayer, en el albergue de La Todolella.
El abogado y el perito de la acusación particular, ayer, en el albergue de La Todolella.ÁNGEL SÁNCHEZ

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