Ángel González reivindica el valor de la poesía ante "la liquidación de la conciencia individual"
Joaquín Sabina, Almudena Grandes y Montero homenajearon al poeta en Alicante
El homenaje se tornó en acto de defensa de la lectura, la poesía y la conciencia individual. El poeta Ángel González (Oviedo, 1925) congregó ayer en Alicante a un selecto puñado de amigos para hablar de su vida y de su obra. Almudena Grandes, Luis García Montero y Joaquín Sabina lamentaron que la sociedad se encuentre en "un tiempo de liquidación de las conciencias individuales". Y como antídoto a esa realidad plantearon: la lectura, y en especial la poesía. González auguró optimista que este tiempo de liquidación de la conciencia "debe ser pasajero".
El profesor y poeta Luis García Montero analizó y explicó el alcance de la obra de "uno de los grandes maestros de la poesía contemporánea", Ángel González, cuya voz es "la que más ha influido en la última generación de poetas españoles".
Almudena Grandes propuso una lectura más íntima. "Ofrece una manera de mirar el mundo fácil de leer y difícil de entender, como es la buena poesía", dijo la escritora que destacó que su obra "conmueve" por las reflexiones sobre la realidad social española. Joaquín Sabina leyó algunos de los poemas con motivo del ciclo Tres visiones acerca de Ángel González y un recital que anoche organizó la CAM en Alicante.
Almudena Grandes confesó que siempre se preguntaba "¿por qué González escribía libros tan tristes, llenos de desolación con poemas tan duros, siendo una persona feliz?". La escritora con el paso del tiempo y a medida que aumentó la amistad con el poeta descifró el enigma: "Se sentía derrotado por una derrota anterior". Ángel González reconoció que la transición se hizo en España demasiado rápida queriendo dar la sensación de que "no pasó nada" durante la Guerra Civil y que todo fue "algo muy bonito". Por ese motivo, para hacer frente a un tiempo dominado por la liquidación de las conciencias individuales reivindicaron el papel de la poesía y de la lectura. García Montero advirtió de que "existen mecanismos de control de la conciencia muy poderosos" en el ámbito de la moda, del triunfo o de la gloria. Y Montero reconoció que "hemos sabido dejar de lado la cultura represiva del franquismo pero no hemos sabido resaltar los valores individuales o colectivos".
El autor de libros como Áspero mundo y Otoños y otras luces confesó que sigue escribiendo poesía cada día y reconoció la ironía presente en su obra, que ofrece "una concepción del mundo" y la concibe cómo "la única manera de expresarse" y "burlar la censura".
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