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LA PRECAMPAÑA GALLEGA

El Bloque suprimirá mil cargos elegidos a dedo si preside la Xunta

Quintana ve peligrar con el PP la condición de nacionalidad histórica

Naiara Galarraga Gortázar

El Bloque Nacionalista Galego (BNG) obvia que las encuestas le auguran un fuerte retroceso en las elecciones del próximo 19 de junio y, escudándose en que fue la segunda fuerza en las últimas autonómicas, confía en que su líder, Anxo Quintana, se convierta en el primer presidente nacionalista de la Xunta de Galicia. Quintana explicó ayer en Madrid que, si sucede a Manuel Fraga, suprimirá casi mil cargos de libre designación en el Gobierno gallego.

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El candidato del BNG explicó que quiere encabezar un Ejecutivo "más ágil" que el actual y por eso promete suprimir casi un millar de asesores y cargos de designación directa en el Gobierno, en sus delegaciones y en sociedades interpuestas. La Administración gallega tiene unos 2.000 puestos de libre designación, incluido un número indeterminado de asesores con contratos externos. Esta medida supondría un ahorro de 90 millones de euros anuales, según detalló en un acto organizado por el Fórum Europa, al que asistió, entre otros, el fiscal general del Estado, el coruñés Cándido Conde-Pumpido.

El aspirante del BNG se mostró convencido de que Manuel Fraga será desalojado del Gobierno por la oposición -"la regeneración democrática requiere que el PP pase a la oposición"-, pero insistió una y otra vez en que el liderazgo dentro del próximo Gabinete corresponderá a los nacionalistas, no al PSdG. Para Quintana, la fórmula de gobierno más eficaz para Galicia es "un Gobierno plural, presidido por un nacionalista que no esté sujeto a estrategias estatales, en el que pudiera participar el partido que hoy gobierna España", el PSOE.

El portavoz nacional del BNG subrayó que el proyecto de los nacionalistas es "un proyecto en sí mismo, diferente, no un poco más galleguista o un poco más izquierdista que el del PSOE"; "es diferente, pero no incompatible".

Quintana ya se comprometió hace unos días a presentar una propuesta de nuevo Estatuto en 60 días si preside la Xunta. El también senador desde 2000 explicó ayer que las modificaciones que promueve el BNG no incluyen "un Estado nacional gallego" e insistió mucho en que el PP se debe implicar en esa reforma, que "será de todos o no será". Porque, a su juicio, nadie debe quedar excluido del nuevo Estatuto, como ocurrió en 1936, cuando la derecha quedó fuera, y con el hoy vigente, pactado "por la derecha y la izquierda, quedando el nacionalismo al margen". Y convocaría un referéndum para ratificar el texto.

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El líder nacionalista advirtió de que Galicia puede perder su condición de nacionalidad histórica si Manuel Fraga es reelegido presidente el 19-J. A juicio de Quintana, el rechazo de Fraga a una reforma estatutaria gallega, ahora que Cataluña y Euskadi -las otras nacionalidades históricas- promueven las suyas, puede dejar a Galicia descolgada de aquéllas. El modelo de financiación autonómica del BNG, recalcó su líder, no es ni el que propone Cataluña ni el que tiene el País Vasco.

Quintana, que fue alcalde de su pueblo, Allariz (Ourense) -símbolo del modo de gobernar del BNG y del que sus dos abuelos también fueron regidores, uno antes y el otro durante la Segunda República-, prometió también crear una vicepresidencia de igualdad, que encabezaría una mujer; reducir a 60 días las listas de espera sanitarias, dedicar el 1,1% del PIB a políticas activas de empleo o lograr que el Gobierno central conceda a Galicia el 8% del plan integral de infraestructuras y transporte.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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